LA FE PUESTA EN NEYMAR
a la cabeza, la selección de Brasil llegó este lunes al aeropuerto de Sochi, ciudad costera del sur de Rusia donde establecerá su base para el Mundial, al que llega como favorita para alzar su sexto trofeo.
El vuelo de la ‘canarinha’, que despegó de Viena, Austria, tras su victoria contra la selección de ese país (3-0), tuvo algunos minutos de retraso, pero luego todo salió bien.
Sonrientes y vestidos con el traje oficial, color azul oscuro y confeccionado para esta copa, los futbolistas y el cuerpo técnico bajaron a pie a la pista, atravesaron la terminal y partieron en autobús rumbo al lujoso hotel a orillas del mar Negro, que esperan convertir en su fuerte durante casi un mes.
Estar todo ese tiempo significaría que la ‘canarinha’ llegaría a la final y así podría cumplir su gran obsesión en Rusia: devolver el orgullo al fútbol brasileño tras la debacle de hace cuatro años en casa, cuando cayeron humillados por Alemania (7-1) en la semifinal.
De momento, todo pinta bien para la 'seleçao' de Tite, que desde que asumió el cargo, hace dos años, apenas ha perdido un amistoso de los 21 partidos que ha dirigido, suma 17 victorias y tres empates. Además, con Neymar enchufado, a Brasil le cuesta retener la ilusión.
“Hay que confiar, soñar, no hay que reprimirse. Podemos decir que somosbrasileños y se puede soñar. Estamos soñando cada vez más”, afirmó el 10 brasileño.