Por el milagro
Atrás quedó la eliminatoria, la que terminamos a nadadito de perro y rogándole a la Negrita clasificar rápidamente.
Atrás quedaron los fogueos, aquellos donde dimos una triste imagen, tanto dentro como fuera de la cancha.
Atrás quedó el juego de despedida y la fiesta ante Irlanda del Norte en casa, antes de viajar a Europa y tener dos fogueos frente a Inglaterra y Bélgica, dos de los más pintados. En ambos, la posesión del balón fue inferioral 35% yenalgunos casos bajó al 32% , por lo que siempre corríamos detrás de la pelota, procurando recuperarla, jugando muy atrás, con una media que no presionaba y dejaba espacios para que el rival transitara libre y veloz. En ataque mostramos muy poco, sin transiciones rápidas y al pelotazo buscando los desplazamientos de Marco Ureña o su sustituto.
De igual manera quedaron atrás las metidas de patas en Casa Presidencial, la famosa camiseta de la Selección sin el nombre de la primera dama, Claudia Dobles, sumado a un beso en la mejilla y llamar al señor presidente con un simple “Carlos”.
Nacieron argumentos como: “jugamos bien” y “mostramos buena intensidad”. Luego fue lo de “un número 10 pequeñillo” (Eden Hazard), que no sabemos de dónde salió y nos hizo mucho daño o respuestas como: “nosotros advertimos que jugaríamos contra los mejores”.
¿Será queen los partidos de la Copa del Mundo enfrentaremos a los más malos?