Chepito, Albino y los odios
La huelga de este lunes, convocada por la ANEP, sindicato encabezado por el eterno trabajador Albino Vargas, alteró el inicio de semana para miles de ticos que sí sudan la camiseta.
El plan fiscal iba a chimar, se sabía, sobre todo a los empleados públicos. El presidente Carlos Alvarado debería tenerlo presupuestado, como diría Guimaraes, para no dejarse apantallar. La situación es crítica, debemos socarnos la faja y los empleados públicos también.
El mandatario ha pedido a los sindicatos presentar propuestas y está abierto al diálogo. Atacar a los evasores de impuestos es la salida que dan los sindicalistas. Pero esta no es la única manera de atacar el faltante de plata del Gobierno, que también se ha puesto las pilas para frenar el gasto. La reforma tributaria y el plan de austeridad han sido aplaudido por organismos internacionales y es la única forma de salir a flote. Esta crisis, en la que Luis Guillermo Solís, primer presidente del PAC, hizo las del avestruz, la heredó Alvarado quien le está entrando con los tacos de frente. Esta lucha por la austeridad nada tiene que ver con las irresponsables declaraciones de Vargas, quien califica la lucha fiscal como “campaña de odio contra el empleo público jamás vista en los últimos gobiernos y que el actual se ha encargado de atizar”.
Ya el país sufrió una seria división en la recién terminada campaña electoral como para inventar odios.