Ácciida péérrdiida
MURIÓ EL BAR LIMÓN, SOLO QUEDAN 6 CANTINAS HISTÓRICAS EN CHEPE
El bar Limón, frente a la parada de las Rápidas Heredianas, en Chepe (las que pasan por Tibás), está siendo derribado y es precisamente un limonense uno de los encargados de botar la estructura de entre 100 y 110 años de antigüedad.
De momento, tres peones se encargan de quitar latas, muros y cuanta cosa se encuentren. Ellos son Juan Carlos Araya de 45 años, Helder Fonseca de 40 y Alejandro Watson de 39.
Este último es originario de Siquirres, Limón y, pese a tenerle mucho cariño al histórico bar, debe dejardelado ese sentimiento, pues tiene que pulsearla para llevar el arroz y los frijoles a su casa.
“Ahora yo vivo en San José, pero cuando estaba en Siquirres y viajaba a Limón, escuchaba muchas historias de este lugar, entonces a uno le daban ganas de venir porque se imaginaba que el ambiente era muy bueno”, recordó.
Según dijo, cada martillazo que da en las viejas paredes representa un dolor porque sabe que amigosy parientes pasaron buenos momentos en ese sitio.
“Yo sé que es un lugar que representó mucho para la cultura caribeña del país, claro que me duele bastante porque tiene muchos años y muchas historia pero qué puede hacer uno, solo pasar la página”, añadió.
Este bar, que fue muy famoso especialmente entre 1950 y 1980, fue cerrado hace tres años, cuando su último dueño, el español Juan Puertas, decidió vender la propiedad porque las ventas bajaron. Ahora un grupo de inversores construirá una torre de apartamentos que se alquilarán por horas. O sea , será un motelazo disfrazado.
Dolor al verlo. Alejandro Watson contó que tiene menos de 15 días trabajando en esta demolición y que la primera vez que entró sintió algo feo, ya que siempre vio ese sitio como un lugar espectacular.
“Cuando yo tenía 16 años, y recién había llegado a San José, pasé una vez por aquí y quedé impactado porque se veía bonito.
“Lamentablemente nunca pude entrar, lo conocí hasta hace poco cuando vine a trabajar y verlo así en ruinas es algo doloroso, decían que el ambiente era bueno y que la comida era de las mejores”, dijo.
Cuarto del amor. Araya, otro de los peones, detalló que uno de los aspectos que le ha llamado la atención son los materiales con los que levantaron la obra, ya que en su mayoría fue construido con barro.
“La construcción es vieja, pero estaba bien construida, estos muros son difíciles de botar, ni la lluvia lo ha hecho, entonces somos nosotros los que tenemos que hacerlo”, afirmó.
Este constructor sí dijo conocer todos los rincones del bar, incluso comentó que antes había un cuarto exclusivo para que las parejas se dieran amor.
“Aquí había un ‘íntimo’, estaba al fondo, pero después lo quitaron, ahí las parejas hacían lo que querían y se alquilaba”, comentó.
Ahora lo único que queda del antiguo bar es un sillón viejo y la chimenea de la cocina, recuerdos que, al parecer, nadie va a llegar a reclamar.
“Los sillones se pueden recuperar, están buenos y la chimenea también, solo es de pintarla”, comentó Helder Fonseca cuando le preguntamos si alguien había preguntado por estas cosas.
Además de esto, también quedaron algunas partes de una vieja caja registradora.
Primero fue pulpería. Ronald Castro, investigador de la historia costarricense, recordó que el bar Limón primero fue una pulpería donde los vecinos de barrio
Amón llegaban a com- prar abarrotes.
“Luego, en los años 60’, lo asumió un señor de nacionalidad española llamado Juan Puertas. Este lugar fue un punto de reunión de poetas fracasados, prostitutas y de gente que llegaba a tertuliar”, comentó.
“Oficina” de expresidente. Otilio Ulate, presidente de Costa Rica entre 1949 y 1953, era uno de los clientes fijos ya que su casa estaba a la par, 15 metros hacia el norte, en sentido hacia Tibás.
Así lo reconoció Mario Innecken Puertas, nieto de don Juan Puertas, el español que en 1960 compró el bar.
“Mi abuelo contó que eran íntimos amigos. Era cierto que entre el bar y la antigua casa del expresidente existía una compuerta secreta donde mi abuelo lo pasaba y lo escondía de los periodistas y reporteros y, bueno, aparte de pasarle sus tragos y sus bocas”, detalló el pariente.
Don Juan murió en el
2015, a los 81 años de edad, debido a un cáncer de próstata. Actualmente en Chepe centro solo quedan entre 5 y 6 bares con más de 80 años de existencia. Tras más de
100 años de historia, de anécdotas y de miles de litros de birra y guaro consumidos, el bar Limón le dice adiós a San José.