Angustiante carrera
Los rescatistas están con el agua al cuello con las opciones disponibles para evacuar a los doce niños y su entrenador de fútbol, atrapados desde hace doce días en una cueva inundada en Tailandia, en una carrera contrarreloj ante el riesgo de que suba el nivel de las aguas, con el retorno previsto de las lluvias.
Por su parte, los humildes campesinos se han sacrificado en este rescate ya que el agua de la cueva lanzada al exterior les dañó sus cultivos.
“Nuestra mayor preocupación es la meteorología... Estamos en una carrera contrarreloj, ahora estamos en una carrera contra el agua”, declaró Narongsak Osotthakorn, jefe de la célula de crisis.
Los socorristas esperan poder bajar el nivel de las aguas de forma suficiente como para que los niños no tengan quebucear oque lo tengan que hacer muy poco “Esta mañana (ayer) preparamos los 13 equipos de buceo” para poder evacuar de manera urgente, agregó.
Pero el gobernador recordó que un buzo experimentado necesita once horas para ir y venir hasta donde están los niños: seis horas de ida y cinco s de vuelta aprovechando la corriente.
El regreso de la lluvia, previsto para este viernes, en estatemporada del monzón (lluvias muy intensas), elevaría el nivel del agua en la cueva.
“Escuché que habrá lluvia otra vez. Estoy muy inquieta”, dijo Sunida Wongsukchan, familiar de uno de los niños atrapados.
Fue a causa de las lluvias torrenciales que los niños se vieron bloqueados en la cueva el 23 de junio tras haber decidido, por una razón que todavía no está clara, entrar en ella tras el entrenamiento
Los familiares de los atrapados piensan en una posible fiesta de cumpleaños que habrían querido organizar en la cueva para uno de ellos que el 23 de junio cumplió 16.
“Hemos calculado el tiempo que nos queda, en horas y en días, en caso de lluvia y de que el aguainvada la cueva”, declaró Narongsak Osotthakorn.
El trayecto de retorno es de varios kilómetros e incluye zonas angostas.
Algunos tramos tendrán que hacerse bajo el agua, por lo que los socorristas están entrenando a los niños para bucear.
“Nuestra principal misión es bombear” el agua, precisó el gobernador añadiendo que estudian cavar un túnel vertical.
“Estudiamos cada m2 para ver si uno de los pozos lleva a la cueva”, dijo el gobernador.
Campesinos sacrificados. Las inundaciones, por el agua sacada de la cueva, arruinaronsu cosecha y mataron a sus animales, pero Lek y otros campesinos están satisfechos al sacrificarse por una buena causa.
“Los lugareños están felices de sacrificarse y de dejar que el agua vaya a los campos. Es por los niños”, explica Lek Lapdaungpoin, un agricultor.
“Hay tanta agua (...) Es imposible calcular cuánta” con precisión, dijo Shigeki Miyake, uno de los ingenieros japoneses.
“Hemos reducido los cultivos y dejado los arrozales inundados”, afirma el granjero Lek, mostrando sus campos.
“Nos preguntaron si queríamos una compensación por los arrozales, dijimos que no”, asegura. El sistema de drenaje instalado reduce un centímetro por horael nivel delaguaen estacueva de 10 kilómetros de largo.
Las autoridades aseguran que casi 130 millones de litros fueron sacados de la red subterránea, equivalente a 50 piscinas olímpicas.