DEL SUEÑO A LA PESADILLA

El 5 de julio del 2014, este viernes hizo cuatro años, la Sele vivió el día más grande de su historia en los mundiales al jugar los cuartos de final ante Holanda, en el Arena Fonte Nova de la ciudad brasileña Salvador de Bahía. Nada que ver con lo que vivimos hoy.

Aquella tarde de sábado, la Sele igualó a cero contra los holandeses durante los 90 minutos de tiempo regular y los 30 minutos de tiempo extra, por lo que se vieron forzados a llegar a los penales, donde el técnico tulipán de ese momento, Louis Van Gaal, se jaló un jugadón inque desubicó a los ticos.

A falta de un minuto para el final del segundo tiempo extra, el entrenador sacó del campo al arquero Jasper Cillessen y envió al campo al gigante Tim Krul, quien se convertiría en el héroe europeo al detenerle los remates de Bryan Ruiz y Michael Umaña y darle el pase a semifinales a Holanda, al ganar desde los 12 pasos

“La idea que teníamos es que Krul podía funcionar mucho mejor para los cobros por su tamaño, pero sobre todo porque tiene mucho más alcance. Y finalmente resultó. Fue hermoso, me siento muy orgulloso de que hayamos ganado”, comentó Van Gaal en esa opor- tunidad a la BBC de Inglaterra.

Pese a la eliminación, aquello fue celebrado como una victoria entre los ticos, con una Sele que ganó el grupo de la muerte al derrotar a Uruguay y a Italia y empatar ante Inglaterra. Después le ganó en penales a Grecia, tras empatar a uno, y llegó a unos cuartos de final, la instancia más alta conseguida en los cinco Mundiales en los que ha participado Costa Rica.

Adiós al cuento de hadas. Sin embargo, cuatro años después, la historia d se tornó en pesadilla.

Primero por el pobre papel en Rusia al caer ante Serbia (1-0) y frente a Brasil (2-0) con un pobre planteamiento ofensivo. Al empatar a dos contra Suiza, el equipo quedó en el lugar 29 de 32.

Después, se le suma la lista de interminables metidas de patas alrededor del seleccionado, las cuales hasta provocaron, supuestas amenazas de muerte contra el técnico Óscar Ramírez, al que sacaron por Base Dos del aeropuerto Juan Santamaría, el viernes pasado, cuando regresó.

Unido a eso, se hizo evidente la división interna entre los jugadores durante el Mundial. El regreso tampoco fue el esperado, ya que los seleccionados llegaron en grupos separados y algunos como Johnny Acosta ni se dignaron en utilizar la