Chepito y la plata femenina
Un viejo periodista deportivo, que juega de comentarista, cada vez que enfocaban a mujeres apoyando a sus respectivos países, en el Mundial de Rusia, solo atinaba a elogiar la belleza de esas aficionadas.
Nunca se le ocurrió pensar queesas aficionadas, lejosde llegar a engalanar las graderías iban a apoyar, a hablar de fútbol igual, o mejor, queel fanático más requetefiebre. Desgraciadamente esa forma de ver el fútbol femenino de ese periodista de Teletica Deportes salta de las gradas a la cancha y las futbolistas están muy lejos de ser valoradas como los jugadores. La medalla de plata ganada con sangre, sudor y lágrimas por nuestra sele femenina en Barranquilla vale tanto como si la hubiera alcanzado una selección masculina, la que, por cierto, en Barranquilla hizo el ridículo, uno más en la lista de “Popeye” Herrera. Doña Amelia Valverde obtiene merecidamente su primer gran éxito con las muchachas, lo que demuestra que bajo su guía hay proceso, y este va en ascenso, muy diferente al “proceso”, si es que existe, del Popeye. En cualquiercampo dela vida las mujeres sonmás luchadoras, sacrificadas, enfocas, solo la gran tarea de dar vida, las hace muy superiores a los hombres ¿Qué pasaría con ellas si en elcampodeportivo, educativo, laboral, tuvieran las mismas condiciones que los varones? La respuesta es obvia.