La belleza del matrimonio
La unión entre el hombre y la mujer (cfr. Génesis 1, 27), diseñada por Dios para dar sostenimiento a la creación humana, hoy recibe múltiples agresiones. Una de ellas, decía el papa Benedicto XVI, en su discurso a di- plomáticos el 11 de enero de 2010, es proveniente “de leyes o propuestas que, en elnombre de la luchacontra la discriminación, ataca la esencia biológica de la diferencia entre sexos”.
En ese mismodiscurso fue muy claro: “la libertad no puede ser absoluta ya que el hombre no es Dios, sino imagen de Dios, su criatura. Para el hombre, el rumbo a seguir no puede ser fijado por la arbitrariedad o el deseo, sino que debe más bien consistir en la correspondencia con la estructura querida por el Creador”. En esa vía, y como ya lo he mani- festado, lamento la decisión de la Sala IV de declarar inconstitucional el inciso 6 del artículo 14 del Código de Familia que prohibía legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo. Igualmente, reitero una vez más: la Iglesianodiscrimina anadie. Acoge a todos sin distinción y sin hacer acepción de personas (Romanos 2, 11). Esta palabra se hace vida por medio de las diferentes acciones pastorales en que la Iglesia muestra su rostro misericordioso sin ningún tipo de discriminación. Como lo han dicho expertos en esta materia, sin tratados internacionales es preo- cupante que se puedan “crear” derechos.
Y la Iglesia al proponer la belleza del matrimonio no discrimina tampoco la vivencia particular que bien conocemos puede darse en las personas, pues acompañamos distintas situaciones que vive la familia. Pero, de ahí, a crear legislación sobre supuestos derechos que equiparan realidades distintas a lo que es el matrimonio entre el varón y la mujer hay mucha diferencia. Derechospatrimoniales, atención a la salud y otros derechos personales deben ser defendidos y protegidos.