La Teja

EN LA CANCHA DEL CORAJE

Joshua Santana enfrenta con fuerza las adversidad­es de la vida

- ✦ SERGIO ALVARADO sergio.alvarado@lateja.cr

Pasarse de confianzud­o con el Pana, un toro de 450 kilos, le salió muy caro a Joshua Santana, quien tenía todo para convertirs­e en una figura del fútbol nacional.

La osadía le costó la pierna izquierda y le truncó sus planes, pero solo por algunos años porque logró jugar con la Liga y con la selección nacional.

La noche del 2 de enero del 2009, la penúltima de los festejos populares de San José de aquel año, está tatuada en la memoria de este vecino de San Lorenzo de Desamparad­os.

Aquella vez, cuando se abrió la puerta del toril, Joshua cometió la imprudenci­a de hincarse, confiado porque era el cuarto día que se metía a la plaza con unos amigos.

Cuando el Pana arrancó y Joshuahizo a levantarse, se le quedó la pierna izquierda pegada en la arena. Primero parecía que el animal no iría por él, pero dio una vuelta y con los cachos lo enganchó por la pierna izquierda, la cual enrolló y le hizo una palanca.

En lugar de ser un levantín “normal” y caer de una vez, se quedó pegado en la cornamenta mientras el bicho se sacudía para quitárselo.

Segundos después, Joshua cayó a la arena y cuando quiso levantarse para correr se dio cuenta de que tenía la pierna quebrada. Había sufrido una gravísima lesión de tibia y peroné que fue el arranque de una pesadilla que consistió en 19 operacione­s y una amputación siete años después.

“A los diecinueve años uno comete errores porque muchas veces nos creemos superhéroe­s. Yo accedí, por medio de unas amistades, a meterme al redondel, ni sabía para qué pero fui. Cuando entré quería andar de lejos, pero cada vez decía, me voy a acercar un poco más y un poco más”.

Parte de creerse invencible era el hacer oídos sordos a los consejos que le brindaban los demás.

“No se me olvida que la mamá de un amigo, doña Luisa, me dijo el treinta y uno de diciembre ‘papito, por favor no se meta al redondel porque me soñé que lo agarró el toro’. Así me lo predijo, yo me le quedé viendo y le dije, ‘ay, doña Luisa, tranquila, no va a pasarme eso’. Dios puso ese ángel en mi vida para que lo escuchara y desgraciad­amente no lo hice”, afirma.

Familia futbolera. Joshua viene de una familia en la cual el fútbol tiene un lugar importante. Es sobrino del exjugador y técnico del Saprissa Carlos Santana y algunos de sus primos jugaron en la primera división.

Primero estuvo en el Monstruo, pero al tiempo salió y probó suerte en Alajuelens­e, donde se acomodó mucho mejor y rapidito se metió a un cuadro de promesas que deparómuch­as caras conocidas al fútbol nacional.

Jugó como delantero en fútbol convencion­al e hizo yunta con jugadores como Yendrick Ruiz y Jean Carlo Solórzano, entre otros.

“Para cuando me agarró el toro yo estaba jugando en Brujas porque la Liga me había prestado, tuve muchas oportunida­des, pero no me esforcé lo suficiente ni tuve la disciplina necesaria”, reflexiona.

Cuando sufrió la cornada jamás pensó que las cosas llegarían al punto de una amputación. Creyó que tardaría unos ocho meses, lo que ese tipo de quebradura tarda en sanar la mayoría de veces, pero todos los casos son diferentes y el suyo tuvo todas las complicaci­ones habidas y por haber.

“Fue el proceso más largo y

Sigo haciendo lo que quiero solo que de una manera distinta”.

JOSHUA SANTANA

JUGADOR

duro de mi vida. Creí que no sería nada, me pusieron un pin de la rodilla y el tobillo y no pegó.

“Fueron tres meses en los que lloraba día y noche. Pasé cirugía tras cirugía teniendo la esperanza de recuperarm­e. Jamás me vi con una pierna menos y la primera vez que un doctor me dijo que existían fantasmas de una amputación quedé en shock. Dije que no, que nadie me iba a cortar una pierna”.

La amputación. Después de intentos fallidos y tratamient­os llegó el punto en el que Joshua ya no sentía la pierna.

El 2 de enero del 2016 en el hospital le dijeronque­habría que cortar: la pierna estaba prácticame­nte muerta. Una pequeña esperanza se abrió cuando el jefe de su mamá (un belga) le propuso la opción de ir a operarse a Bélgica y él correría con los gastos, pero al final eso nunca se dio.

En los siguientes dos años, Joshua cambió su vida para bien, no hay espacio para lamentacio­nes y gracias a la doctora Sofía Howell, del Hospital del Trauma, conoció el fútbol para amputados.

La doctora lo motivó a buscar a la gente del campeonato y de la selección nacional. Casualment­e en el equipo que había espacio para jugar era el rojinegro, que acababa de abrir el espacio en esta categoría.

“Tuve la oportunida­d de sentir estos colores con mis dos piernas y ahora lucho y me esfuerzo por levantar el título con la Liga, ahora los defiendo hasta con más ganas, sigo haciendo lo que quiero solo que de una manera distinta”.

El 25 de julio, en la despedida de Pablo Gabas, Joshua cumplió el sueño de jugar en el Morera Soto a estadio lleno.

Aquel día recibió el pase del jugador de

San Carlos Ismael Gómez y anotó el gol que tanto había deseado. En ese momento dejó sus muletas a un lado, se hincó y agradeció a Dios por todo lo que le ha dado.

Costa Ricatriunf­ó 2-0 este viernes ante Honduras en un amistoso jugado en el estadio Colleya Fonseca como preparació­n para el Mundial de fútbol para amputados en octubre.

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FOTO: CORTESÍA. derecha) de izquierda a tercero abajo de Santana (La generación Alajuelens­e. a la primerade dio muchos jugadores
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CORTESÍA. FOTO: CORTESÍA. Joshua (segundo de izquierda a derecha) en Zapote. El 25 de julio tuvo la oportunida­d de tomarse una foto con Froylán Ledezma, a quien admira.

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