“Decía que me purificaba”
El segundo de uno de los denunciantes que plantearán una demanda civil millonaria en contra de un sacerdote de apellidos Castillo Huertas, por supuestos abusos sexuales, habló con La Teja sobre su dolorosa experiencia.
Este hombre, quien hoy tiene casi 60 años, asegura haber sido víctima del abuso cuando tenía 14 años, época en la que llegaba a vender verduras a la iglesia de La Soledad, en San José centro.
La denuncia de este señor, quien prefirió que resguardáramos su identidad, se une a la de otro hombre que también asegura que el sacerdote Castillo abusó sexualmente de él hace 35 años (cuando también tenía 14) cuando llegaba a entregar flores a dicho templo.
Esta denuncia la revelamos en la edición del 23 de agosto.
Ambas víctimas, con la asesoría del Movimiento Diversidad, plantearán una demanda civil en las próximassemanas, la cual será de entre ¢120 millones y ¢240 millones en contra del cura y de la Iglesia católica de manera subsidiaria.
Sufrimiento de años. La víctima, una persona sumamente humilde que sigue siendo vendedor ambulante, asegura que nadie en su familia sabe lo que le ocurrió.
“Llevo más de 40 años de sufrimiento y frustración por culpa de una persona que supuestamente es pastor de Dios y que debía ser ejemplo a nivel espiritual, pero que resultó ser todo lo contrario.
“Yo vendía verduras y pasaba por la iglesia La Soledad, en San José. En alguna oportunidad me salió el padre Castillo y me compró tomate, chile y pepino. A la cuarta vez me invitó a pasar y me llevó a un lugar dentro de la igle- sia, era como una oficina.
El sacerdote, según él relato, no tardó mucho en empezar a propasarse con el menor.
“Laprimera vezmehabló de sexo, pero no me tocó. En cuestión de minutos ya me tenía sentado en sus regazos y diciéndome: ‘El Señor aquí, el Señor allá’, todo con mucha labia. La segunda vez sí, abusó a la fuerza de mí y uno, a como va agarrando malicia, se va alejando. A la segunda oportunidad acaté que era un daño sexual.
“Sin embargo, el sacerdote me decía que eso lo permitía Dios para purificar al ser humano y la vida espiritual, para hacerla más pura. Y uno en la ignorancia cayó en la trampa”, contó.
Marcado de por vida. El denunciante sostiene que se dieron cuatro abusos en seis meses.
“Eso fue lo que me marcó para toda la vi- da, quedé con un complejo, no logré estudiar, caí en drogas, ha sido un sufrimiento con el que he cargado todo este tiempo.
“Por vergüenza decidí no decirlo, a nadie, ni a mis padres. Cuando lo comprendí y vi que era algo muy feo, me retiré a vender a otro lado, a San Antonio de Belén. Uno se siente muy mal, uno no está preparado para ese sufrimiento. A uno se le cae la moral, la autoestima, todo”, enfatizó.
El vendedor espera que con la denuncia que presentarán se haga conciencia del daño que le hace la pedofilia. Sostiene que el dinero no le importa, pues al fin y al cabo no es lo primordial.
En la actualidad este denunciante está empezando a llevar terapia sicológica con el apoyo del Movimiento Diversidad, ya que quiere superar esta etapa. Incluso, asegura que podría llegar a perdonar al padre Castillo como parte de su sanación interior. “Dios nos perdonó a nosotros, yo podría hacerlo también”, sostuvo.
¿Dónde está el padre? La última aparición pública del padre Castillo se dio en el 2012, en un acto realizado en el redondel de Zapote, donde estuvo con el alcalde de San José, Johnny Araya, en una actividad con los toreros improvisados.
Ambos denunciantes coinciden en que el padre Castillo tenía buena relación con los policías que resguardaban esa zona de la iglesia de La Soledad por aquellos años.
El vendedor de verduras dijo que en una oportunidad un policía lo llamó en la calle para decirle que el sacerdote lo andaba buscando porque le tenía un regalo.
La Curia Metropolitana ha dicho que Castillo padece desde hace dos años de demencia senil y se encuentra en un albergue de ancianos.
La denuncia en su contra se encuentra en análisis.
A la cuarta vez me invitó a pasar y me llevó a un lugar dentro de la iglesia, era como una oficina”. PRESUNTA VÍCTIMA