La Teja

Ell Poáss da lla cc a rra

CIENTÍFICO DE LA UNA GRABÓ ALGO CURIOSÍSIM­O EN COLOSO

- ✦ BELLA FLOR CALDERÓN flor.calderon@lateja.cr

El volcán Poás está de nuevo en boca de todos. Una vez reabierto el parque nacional, el viernes 31 de agosto, esa linda zona de Alajuela empezó a sorprender de nuevo tanto al turismo.

Ya el volcán había dado qué hablar el 13 de abril del 2017, cuando lanzó una potente erupción, una más de las que obligaron a cerrar el parque durante año y medio por el riesgo que significab­a.

Enunmoment­o hasta obligó a cancelar muchos vuelos que llegaban o despegaban del Juan Santamaría.

Pero antes de llegar a ese momento del cierre ocurrió algo muy curioso que hasta ahora se hace público.

El 27 de abril del 2017, un científico de la Universida­d Nacional grabó con su celular algo que al verlo deja con la boca abierta.

Un grupo de expertos andaba haciendo estudios en el coloso pa- ra entender mejor la actividad y los peligros que representa­ba. Todo iba de acuerdo con lo planeado, pero el Poás tenía listo algo que todavía asombra.

“Cuando fuimos a quitar los equipos, entrando al mirador del volcán, se vio la emisión de los gases a lo largo. Conforme nos acercamos apareció una silueta con un aspecto humano. Fue algo rápido, en el momento de la aparición lo deja- mos pasar, fue más la impresión del lugar. Cuando nos acercamos al mirador, la forma desapareci­ó entre las nubes”, dice José Pablo Sibaja, director general científico del Laboratori­o de Química de la Atmósfera de la Universida­d Nacional.

De lo que habla Sibaja es lo que seve en la foto, algomuy parecidoa una cara humana.

Clarísima. Esa figura tan extraña quedó captada en video y les permitió a los expertos confirmar más adelante que no se trató de una trampa de la imaginació­n.

La oscuridad provocada por las columnas de gases y la ceniza que cubría el parque le dieron al momento un tono misterioso.

“Ese día había poca velocidad del viento, no hubo mucha radiación, entonces se formó como un domo de lo que estaba emitiendo el volcán y esa masa de aire se mantuvo ahí y fue creciendo hasta que llegó el viento que la iba empujando”, detalló Sibaja.

Todas las personas a quienes José Pablo les ha enseñado la imagen tienen su propia interpreta­ción. Unos dicen que es un indígena, otrosven la cara de un hombre con una gorra hacia atrás, otros algo parecido a un mono. Hay opiniones para todos los gustos.

La ciencia llama pareidolia a esa capacidad que tenemos los humanos de ver figuras en las nubes, en los árboles o en otros objetos. Algunas están jaladas del pelo, pero esta que captó Sibaja no admite discusión. Es clarísima.

Muy activo. José Pablo nos dijo que, como se aprecia en el video, conforme él se iba acercando al cráter oía un sonido como el que hace el motor deunavión. Se trataba del volcán liberando gases.

Sibaja, que es profesor universita­rio, nos contó que aquella no fue la primera vez que el Poás les daba una sorpresa.

Él y sus estudiante­s estuvieron visitando constantem­ente el coloso para verificar la seguridad, debían medir los niveles de dióxido de azufre que había para garantizar la seguridad de los guardaparq­ues y justificar el cierre del lugar para los turistas.

Desde el 2005, cuando Sibaja empezó a trabajar en el laboratori­o, siendo aún estudiante, el trabajo de campo ha sido parte de su vida. El Poás es para él un viejo conocido.

“Despuesito de que empezara la erupción (del 2017) comenzamos a hacer mediciones de dióxido de azufre en ciertos puntos en el parque y del agua de lluvia, con eso vimos que había niveles muy altos esos días”, añadió Sibaja, quien detalla que vigilarona más de un kilómetro del mirador y eso les permitió calcular las concentrac­iones de gases. La vigilancia se mantuvo con períodos que iban entre los quince a los veintidós días. “Entre junio y julio (del 2017) hubo una concentrac­ión tan alta que uno de los guardaparq­ues se despertó porque le sangraba la nariz otro estaba vomitando. Estaban tan mal que los tuvieron que sacar porque estaban en un gran riesgo de morir”, explicó.

Esto justifica que los guardaparq­ues y quienes vigilan elPoás duerman con los sensores de gas encendidos porque en cualquier momento pueden subir los niveles y hay que salir.

Como sabemos, desde que reabrió, el parque cuenta con nuevas medidas de seguridad. Solo puede entrar un máximo de 56 personas por turno y únicamente pueden estar dentro veinte minutos.

El viaje vale la pena. Quién quita y se descubra una figura misteriosa en alguna parte del popular coloso.

Cuando nos acercamos al mirador, la forma desapareci­ó entre las nubes”.

JOSÉ PABLO SIBAJA

PROFESOR DE LA UNA

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FOTO: CORTESÍA JOSÉ PABLO SIBAJA La figura llamó muchísimo la atención de quienes andaban arriba.
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JOSÉ PABLO SIBAJA CORTESÍA Sibaja guarda en su celular lo que grabó el año pasado.

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