Usuarios de gas hacen milagros
Doña LuzChaves se la ha tenido que jugar como un vikingo para cocinar y alimentar a su familia, ya que el gas se le terminó hace 15 días y no ha podido conseguir ni un tanque desde que inició la huelga.
Laseñora tiene que calentar el agua que le da a su nieto, de seis años, en un sartén eléctrico, dejó de tomar café chorreado como le gusta y recurre a un ‘coffee maker’ para sacarse el antojo. Además cocina en la olla arrocera, en fin, le ha hecho el pique a MacGyver para tener a sus seres queridos bien alimentados.
“He llamado todos los días al camión de gas Zeta para que me vendan el cilindro y he recorrido pulperías cercanas, pero no he podido conseguir ninguno, porque apenas les llegan, los venden rapidísimo”, explicó doña Luz.
La señora valora la posibilidad de comprarse una plantilla eléctrica para estos casos de emergencia, aunque reconoce que prefiere cocinar con gas porque la electricidad está muy cara.
Como ella están varios de sus vecinos en la urbanización Porosales en Calle Fallas de Desamparados, así como los vecinos de Alajuelita, debido al desabastecimiento de gas LP que vive el país.
Otro caso es el de doña María “Nani” Delgado, vecina de Concepción Abajo de Alajuelita y que los fines de semana se gana una platica con la venta de chi- charrones.
“Ha sido terrible, ya no le traen gas a nadie. Nosotros necesitamos un cilindro de 25 libras cada fin de semana para sacar las cuatro tandas de 30 kilos de chicharrón que vendemos por día. Mi hijo tuvo que salir a buscar por todo lado y consiguió en una pulpería en San Josecito de Alajuelita”, contó doña Nani.
Róger Granados, quien es vecino de Limón, logró abastecerse, pero el cilindrole salió más carode lo acostumbrado. Él normalmente va a la planta de Tropigás a llenar su cilindro y solo debe pagar 5.500 colones, pero esta vez tuvo que comprarlo en un comercio y soltar los 9.000 que cuesta normalmente, ya que no le quedó de otra para cocina los patís que le permiten ganarse algo de platica.
“No están atendiendo al público en estos días, imagino que seguridad”.
La huelga sumó este miércoles 17 días y pese a los esfuerzos del Gobierno para que Recope mantenga su operación, la carencia de personal y los sabotajes en el plantel de Moín, han complicado mucho su labor.
Otro que se la ha jugado como los grandes es el comerciante Johnny Valverde, quien tiene una soda en barrio Cuba y todos los días tiene que salir a hacer un recorrido en su carro hasta Hatillo y Sabana para ver dónde consigue los cinco cilindros que necesita para mantener activa su venta de comida.
Espera es mayor. Doña Iris Rodríguez es una pulpera de Alajuelita que también le ha tenido que decir a sus clientes que no tiene gas. Su proveedor es un agente de Tropigás, por lo que cuando este le falla recurre al distribuidor independiente Jonathan Fallas, quien también la ve fea para satisfacer la demanda.
“Jonathan vino ayer (este miércoles) y me dejó 14 cilindros, aunque normalmente compro 20 por tanda y ya tengo otros 15 vacíos en espera de que los rellenen”, dijo Rodríguez.
Por su parte, Fallas nos explicó que en Gas Zeta les venden el producto, pero en menor cantidad, ya que Recope también les ha reducido las ventas.
El gerente de operaciones de Gas Zeta, Guido Gutiérrez, admitió que les están vendiendo un pocomásdegas, peroaúnnoes suficiente para cubrir la demanda.
“Aúntenemos un déficit deun treinta por ciento del producto. Tenemos hospitales, cárceles y delegaciones de policía que no queremos que se vean afectados”, aclaró Gutiérrez.