Insulto al país
muerte recibieron Miguel Ángel Rodríguez, presidente de Costa Rica entre los años 1998-2002 y AbelPacheco mandatario desde el 2002 hasta el 2006.
Ellos vivieron episodios similares al de Carlos Alvarado en las afueras del Teatro Nacional, cuando fue agredido por los huelguistas que están en contra del plan fiscal.
Rodríguez afirmó a La Teja que durante las protestas en contra del combo ICE en el año 2000, él y su familia vivieron un calvario por los malos tratos que recibieron de los manifestantes.
“Esto me provoca un dolor inmenso, soy testigo de la Costa Rica de antes cuando uno veía a los presidentes caminar tranquilamente por las calles, incluso yo lo hice unas cuantas veces con toda tran- quilidad, pero ahora no se puede”, comentó.
“Me duele profundamente cuando estas cosas ocurren, unacto de violencia es condenable e indefendible, más si es en manada y si se trata del presidente, porque agredirlo a él (Carlos Alvarado) es insultar al país”, añadió.
Por su parte, don Abel, recordó que en el 2004, mientras caminaba en medio de una manifestación, tuvo que decirle a sus escoltas que lo protegieran de un grupo violento.
“Era una marcha contra la corrupción, fue cerca del Teatro Nacional. Desgraciadamente caí entre un grupo que era muy agresivo, meiban aagredir asíque medirigí al carro que nos llevaba para protegerme. Debido a eso recibí amenazas de muerte que solo quedaron en eso”, mencionó.
El exmandatario también lamentó lo ocurrido con Alvarado, al punto de tratar de maleducados a los marchantes.
“Yo creo que el Gobierno ha sido muy respetuoso con los manifestantes, pero lastimosamente ellos no, es una barbaridad que no se respete la investidura del señor presidente, es una falta de respeto para todo el pueblo, en especial a los que votamos por él”, destacó.
Pacheco recomendó a los sindicalistas negociar con el Gobierno sin necesidad de llegar a la violencia, pues eso lo único que hace es empañarla imagendel país anivel internacional. Mano dura. Los diputados también se mostraron molestos.
Erwen Masís, jefe de fracción del PUSC, aseguró que este tipo de acciones demuestran que los líderes gremiales se están quedando sin argumentos.
“Es desafortunado y desagradable cómo esta gente le perdió el respeto al presidente. Mi percepción es que los sindicalistas no tuvieron la capacidad para negociar y de ahí la frustración que han mostrado”, manifestó.