Patrick volvió para sostener la victoria
la primera bola que le llegaba a Patrick Pemberton y terminó en gol.
El balón venía quemando zacate sobre una mojada gramilla del Alejandro Morera Soto que convirtió la pecosa en un jabón complicado de atrapar, sobre todo para un portero que tenía nueve partidos sentado, precisamente, por otra torta similar a esa.
Pemberton regresaba de la peor manera para un guardameta. Él dorsal uno se acostó, pero para su mala fortuna el remate le pasó por debajo de la axila.
¡Otra vez Patrick! o ¡Ay, Pemberton!, eran algunas de las frasesque se podían escuchar de los aficionados manudos.
El portero no lo podía creer. Había esperado tanto tiempo para regresar de esa forma por lo que él mismo se recriminó la acción.
Lo que pasa es que, para un jugador de 36 años y con tanta experiencia entre los guantes, es más fácil rectificar sobre la marcha.
El negrazo no bajó la cabeza, sino todo lo contrario. Se aplaudió a si mismo después de haber dicho alguna mala palabra para darse ánimo y se volvió a fajar en elmarco para, en esta oportunidad, no dejar pasar nada y convertirseminutos más tarde, en la figura que su equipo más urgía para sacar la vic- toria en casa.
Pemberton le dijo no alCartaginés en más de cuatro oportunidades donde tres de ellas fueron para la foto, paradones con los que cualquier meta sueña salvar a su equipo alguna vez.
Patrick, sabiendo lo que significaron sus tapadas después del partido, concedió una pequeña entre- vista a Repretel donde, con pocas palabras dijo muchísimo.
“Primero darle gracias a Dios porque me ha dado la fortaleza para soportar estos momentos y a mis familiares que siempre han estado”, dijo un Pemberton que no dudó en reconocer que todo el tiempo que estuvo sentado la pasó feo.
“Lo más importante estar seguro, se trabajó a conciencia, sumamos de tres y las cosas salieron como tenían que salir”, agregó el portero, de pocas palabras anoche, pero de muchas paradas.
No fue el único. El punto alto de la Liga anoche, sin duda, pasó por los regresos.
Al igual que Pemberton, José Miguel Cubero regresaba a la titularidad después de estar bajo la sombra de Luis Garrido por una lesión.
“Fue bastante difícil desde la pretemporada porque estuve dos meses y medio apenas entrenando. El equipo me necesitaba porque Garrido tenía cinco amarillas. Además necesitábamos ganar”, dijo el volante.
“
Lo más importante era estar seguro, se trabajó a consciencia y sumamos de tres”.