La Teja

Milagro del primer santo salvadoreñ­o

- ✦ AFP San Salvador, El Salvador

Cecilia Flores sobrevivió por razones científica­mente inexplicab­les a un síndrome que la tuvo a un paso de muerte, algo que la Iglesia católica aceptó como un milagro atribuido a monseñor Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo asesinado el 24 de marzo de

1980 y que será canonizado este domingo.

Amade casa sencillayd­esemblante alegre, esta salvadoreñ­a de

36 años madre de dos niños y una niña es una católica muy devota y forma parte de una comunidad neocatecum­enalen la Iglesia junto a su esposo, Alejandro Rivas.

En enero del 2015, Flores supo que estaba embarazada, una noticia que la alegró pero al mismo tiempo le causó preocupaci­ón.

De seis embarazos previos, cuatro terminaron en pérdidas y los médicos le habían advertido que no tuviera más hijos porque ponía en peligro su vida.

Delos otros dos embarazosn­acieron sus hijos Emiliano, hoy e de 13 años, y Rebeca, de 5.

Fue un embarazo de alto riesgo que requirió constante vigilancia médica.

El 27 de agosto su esposo la llevó al hospital deMaternid­ad 1 de Mayo, en San Salvador.

Debido a que sufría de presión alta, fue sometida a una cesárea de emergencia y en los primeros minutos del 28 de agosto nació su tercer hijo, Luis Carlos, que ahora tiene tres años.

Comenzó el suplicio. “Nace el niño, nace bien, en perfectas condicione­s, ni siquiera estuvo en incubadora, fue un niño sano.

“Pero yo, al estar en recuperaci­ón, me comencé a sentir inflamada. Me mandaron a una sala de cuidados intensivos del hospital pues iba empeorando”.

Esa situación marcó el inicio de un suplicio para ella y su familia.

La mujer, cuya salud empeoraba cada día, fue trasladada a un hospital más especializ­ado para determinar la causa de la severa inflamació­n de su cuerpo.

“Sentía que estaba muriendo, tenía un dolor insoportab­le”, recuerda Flores, que comenzaba a presentar fallas renales y pulmonares, por los cuales los médicos decidieron inducirle un coma.

“Pasé en coma desde el 31 de agosto hasta el 8 de setiembre, no supe nada de lo que sucedió”.

Con Cecilia en coma, la preocupaci­ón invadió a su marido: “Yo vi la lucha continua de los médicos”.

HELLP... Luego de varios exámenes médicos, fue diagnostic­ada con el Síndrome de HELLP, una rara afección que puede ser mortal. “Ese síndrome fulminante de HELLP es un grupo de síntomas que se presenta en las mujeres embarazada­s, algunas veces se manifiesta en la semana posterior al nacimiento del bebé y entre las complicaci­ones se encuentran edema pulmonar, insuficien­cia renal, insuficien­cia y hemorragia del hígado”, dijo monseñor Rafael Urrutia, canciller de la Iglesia católica salvadoreñ­a.

Tras conocer el diagnóstic­o y dejando a Flores en estado muy crítico en el hospital, el esposo se marchó a su casa rumiando las palabras de los médicos que no le daban muchas esperanzas de vida a su mujer.

Estampa de monseñor. En la madrugada del 5 de setiembre, Rivas tomó una Biblia y de ella cayó una estampa de Romero con una oración para pedir su intercesió­n por un milagro. Le rezó y le pidió por la salud y vida de su esposa.

Algo sucedió desde ese día: Cecilia comenzó a recuperars­e y fue sacada del coma.

“El 4 de setiembre el doctor me dice que ella se está muriendo, y el 14 de setiembre ella sale caminando del hospital... ¿Qué es esto si no un milagro? No tiene otra explicació­n”, asegura Rivas.

Según Urrutia, el caso de Cecilia Flores fue “muy estudiado” y se llegó a la conclusión de que lo sucedido a la mujer “no tenía una explicació­n científica” y por tanto “era un milagro”.

“Tuvo que obrar una fuerza superior en el caso de Cecilia, no hay más explicació­n”, asegura el doctor Armando Lucha, director del hospital 1 de Mayo y uno de los médicos encargados de revisar el expediente clínico de Flores, de más de 900 páginas, a pedido de la Iglesia.

Cecilia Flores, a quien no le quedaron secuelas del síndrome de HELLP, según estudios médicos, irá con su familia al Vaticano para la ceremonia de canonizaci­ón y a agradecer al santo que le salvó la vida.

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AFP Cecilia, Alejandro Rivas y el pequeño Luis Carlos, de tres años. Ella vive de milagro.
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AFP Cecilia y su esposo Alejandro en la tumba del Arzobispo Romero (1917-1980).

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