Chepito y los agrandados
Un pueblo culto, educado. Así es como nos creemos e incluso esa es la imagen que hemos vendido al mundo. Nada que ver cuando se trata de los seleccionados de bola. Vergüenza, sonrojo, pena ajena, eso es lo que me dio al observar el recibimiento que le dieron los prepotentes y maleducados jugadores la tarde de este jueves al nuevo seleccionador Gustavo Matosas horas antes del fogueo contra México.
A la sala en la que estaba prevista la charla técnica con el entrenador interino Rónald González, llegaron Rodolfo Villalobos, presidente de la Fedefútbol y el uruguayo Matosas. Villalobos llegó para presentar al nuevo técnico. Recuerdo que en mi época de escolar, cuando entraba alguna persona al aula, ya fuera la conserje, el director, o algún tata, todos respetuosamente nos poníamos de pie.
Y esto es lo menos que se vio cuando el entrenador Matosas, de manera educada, ingresó al salón y fue saludando uno a uno a las “estrellitas”. La cara de Keylor Navas, el hombredefe, el llamadoadar el buen ejemplo, lo dijo todo, la prepotencia se le salía por los cuatro costados. El comportamiento de los demás fue similar.
De lo malo siempre surge algo bueno, y es que el seleccionador ya percibió la tusa con la que se rascará a partir de enero del año entrante, y ojalá la fama de mano dura la ponga en práctica.
Por más plata o fama que se tenga, la educación y los buenos modales no se compran.