Chepito, Epsy y el Presidente
Al presidente Carlos Alvarado desde las primeras de tanteo le ha tocado bailar con la más fea.
Como segundo mandatario salido del PAC ha tenido que demostrar que nada que ver con su antecesor Luis Guillermo Solís, gracias a Dios. Ha tenido el coraje de agarrar el toro por los cuernos, de no esconder la crisis fiscal como hizo Solís, más bien acaba de lograr un gran triunfo para el país con el fallo de la Sala Cuarta sobre el plan fiscal.
Su esposa, la primera dama, Claudia Dobles, está haciendo un gran trabajo en su afán por dotar al país de un tren eléctrico de primer mundo.
Pero lo que la pareja presidencial y otros dignos integrantes del equipo de gobierno hacen con la mano, Epsy Campbell lo borra con el codo. No sé qué bicho la picóosi el expresidente Solís la contagió.
La mujer se nos descarriló al brincarse con garrocha los procesos de nombramiento en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Esa que repudiaba a los funcionarios públicos que nombraban familiares, amigos o allegados en puestos de confianza se tragó sus palabras y llegó a nombrar en la cancillería a Katherine Rivera; su ahijada y madrina de su nieto, ha favorecido a sus allegados como directores violando los requisitos establecidos en el Estatuto del Servicio Exterior. Campbellse le salió del saco a la administración Alvarado. Don Carlos, con la misma firmeza que le ha entrado a los males nacionales, debe entrarle a esta vergonzosa situación.