Nadie vence aG erardina
VECINOS SE HAN PORTADO PURAS TEJAS
Mena se convirtió en noticia el jueves 28 de julio del 2016, cuando empezó a circular un video en las redes sociales y en los medios de comunicación en los que se veía cuando era atacada a machetazos por un hombre.
Ella estaba en una sala de juegos de máquinas tragamonedas en Tacacorí de Alajuela, cuando un hombre al que ella le había prestado ¢80 mil llegó con un machete y la atacó. Ella puso las manos para defenderse, por lo que los filazos le causaron heri- das muy serias, cerca de lasmuñecas.
El caso de Mora acaparó la atención de la gente durante varias semanas, ya que se siguió de cerca el proceso de las operaciones y el inicio de la recuperación de esta valiente.
Pero ¿qué paso con doña Gerardina dos años después del ataque?
Pese a que las operaciones y tratamientos que ha recibido no han tenido el efecto que ella esperaba, el increíble espíritu de lucha que la caracteriza la mantiene con una actitud positiva y con ganas de seguir luchando.
“De la mano derecha me sirven bien tres dedos, los puedo mover y puedo agarrar cosas con ellos, pero la mano izquierda se me ha ido secandoycasino mesirve. Hetenido que ver cómo me acomodo para hacer las cosas por mi cuenta, prácticamente soy independiente, lo único que aún no he logrado aprender es a amarrarme el brasier sola.
“Yo me baño, me visto, me peino y hasta cocino sola. Me costaba mucho abrochar los botones entonces ahora lo que hago es comprar licras, esas si me las puedo poner sin hacer mucho esfuerzo”, agregó.
Muchas bendiciones. Pese a los momentos tan duros que ha tenido que vivir doña Gerardina, ella se siente muy agradecida con Dios por- que también ha recibido bendiciones.
“Hace más de un año un montón de gente del pueblo me ayudó a levantar una casita para que yo pudiera vivir tranquila. Un hijo me dio el terrenito, una ferretería me donó la cerámica, otra el zinc, en la iglesia recogieron plata y así me hicieron un apartamento con todo lo que yo necesito.
“También me dieron una pensión de ¢78 mil que me ayuda bastante, ahí la voy pasando porque mis hijos me ayudan también”, contó.
Fuerza. Mora dice que en ocasiones se siente como achicopalada al recordar su vida antes del ataque, pero cuando eso le sucede, decide salir a caminar para despejarse y volver a recargar las pilas.
Sobre el salvaje que atacó a la mujer se sabe muy poco, él es de apellido Rivera y al parecer huyó hacia su país natal Nicaragua.
“La fiscal me dice que no me preocupe, que en algún momento lo van a agarrar y va a pagar por lo que me hizo. Cuando a mí me llega información de él se la paso a los investigadores, ellos están pendientes del caso”.
La guerrera dice que trata de vivir cada día en paz, sin pensar en lo malo que le pasó.
Sus hijos y nietos la llenan de alegría y eso es suficiente para tener ganas de seguir luchando y superándose siempre.