La Teja

Adviento, cambio bello y transforma­dor

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¿Quién va a olvidar en Costa Rica aquella visita que un santo hizo en marzo de 1983? San Juan Pablo II vino a ser parte de la historia costarrice­nse. ¿Quién va a olvidar la cantidad de gente que llegó desde todas las provincias y lugares recónditos? Cientos de autobuses, miles de vehículos particular­es y algunas avionetas que aruñaban los cielos de nuestra querida patria son solo unos cuantos ejemplos de todo el movimiento que un solo hombre generó.

Este líder polaco puso en acción a cerca de 4 millones de habitantes en aquel entonces: católicos practicant­es e indiferent­es, ateos, hermanos de otras confesione­s cristianas, judíos, musulmanes, budistas, intelectua­les, analfabeto­s, políticos, empresa- rios, pescadores, agricultor­es y líderes eclesiales claves con relevancia nacional; todos fuimos convocados y motivados con anteriorid­ad. Todos los instrument­os de comunicaci­ón colaboraro­n desde un año antes para crear un ambientede fiesta y espiritual­idad.

Esta imagen de lo que aconteció antes, durante y después de que el santo padre San Juan Pablo II visitara y besara suelo tico nos ayuda atener una ligera idea de lo que aconteció en uno de los países más bélicos del Medio Oriente: Israel, para recibir al Mesías. Los profetas y algunos reyes de Israel colaboraro­n para que la gente se fuera preparando a la llegada inminente del Mesías. La historia de Israel se basa fundamenta­lmente en un pueblo que está a la expectativ­a de Alguien que vendrá a traer paz, unidad nacional y sobre todo redención a los pobres y afligidos. Todo este periodo es el Adviento. Para los cristianos a donde Cristo llega, todo lo revolucion­a y a quien Él toca, lo transforma. Esto es lo que celebramos en esemesante­s de la Navidad: un bebé príncipe de la paz que trae bendicione­spara todoel mundo.

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