Latinos confiados con contraseñas
Si usted es de los que les da pereza estar pensando en contraseñas diferentes para varios sitios web y por ende recurre, a lo máximo dos o tres para solventar la petición, le contamos que es uno de los tres de cada 10 latinos que lo hace.
Lo malo es que esta práctica lo pone en alto riesgo de que en caso de que lo hackeen, los delincuentes informáticos tengan acceso a todas sus cuentas en Internet y sea blanco fácil para sabotear sus redes sociales y, en el peor de los casos, robarle el dinero de sus cuentas bancarias.
Por eso, la empresa ESET, especializada en seguridad informática, realizó una encuesta en Latinoamérica para conocer las prácticas de los usuarios de Internet en relación al uso de contraseñas y su nivel de protección.
Y como cada vez es más frecuen- te conocer de empresas (Google, Facebook, no son la excepción) o servicios que sufren fallas de seguridad donde quedan expuestas las contraseñas de sus usuarios, ESET consideró necesario medir el terreno en este campo y lamentablemente corroboró que no aprendemos la lección.
Son pocos. Solo cuatro de cada 10 personas tienen la previsión de usar una clave distinta para cada servicio y tres de cada diez, recurre a un máximo de tres combinaciones. Y seis de cada diez son conscientes de que su clave de correo electrónico podría ser más fuerte, pero de ahí no pasan.
“Crear contraseñas robustas y utilizar distintas claves para cada servicio, son una traba más que permite que la información esté segura. Además de utilizar, siempre que sea posible, un segundo factor de autenticación, contar con soluciones de seguridad instaladas y actualizadas. Desde ESET, apuntamos fuertemente a la educación y concientización del usuario para evitar ser víctima de ataques informáticos”, comentó Cecilia Pastorino, especialista en seguridad informática de ESET Latinoamérica.
La existencia de esas fallas de seguridad se ha vuelto tan frecuen- te que ya existen herramientas como haveibeenpwnwd.com o HackNotica, donde usted puede averiguar si los datos de alguna de sus cuentas de una dirección de correo electrónico han sido expuestas por alguna plataforma o servicio que sufrió algún incidente.
Además, para evitar complicarse más de la cuenta, cuatro de cada diez solo cambian la clave cuando tienen sospechas de que se la hackearon. Dos de cada diez, no les preocupa meter las claves en sus propios equipos o dispositivosmó-
viles conectados a una Wifi abierta, mientras que seis de cada diez se sienten incómodos ingresando sus claves en un equipo que no es el suyo o desde redes Wifi ajenas.
Otros errores frecuentes es no saberse la dirección exacta del sitio al que desea entrar y recurren a buscadores para accesarla, además de no verificar el enlace al que lo redireccionó dicho resultado.
Dejarse llevar por el asunto de un mensaje que les llega al correo; no revisar la dirección de correo que le llega; compartir información personal a través de las redes sociales, entre otras.