Campanas sonarán en el simulacro
manos solo en el primer trimestre de este año, había 276.279 personas desempleadas.
Hemos venido hablando que es necesaria la reactivación económica en el país, que haya confianza en el sector privado para generar empleo, que haya confianza, en general, para propiciar un clima social adecuado. Costa Rica necesita, y no me canso de decirlo, poner las prioridades sobre la mesa y abocarse a resolverlas por parte de todos los sectores: clase laboral y empresarial, gobierno, legisladores, sindicatos, etc. Debemos vernos como hermanos y comprometernos con las necesidades de quienes más urgencias están pasando. Vemos con dolor el incremento de personas que llegan a nuestros templos en busca de ayuda material, pero al mismo tiempo, vemos con esperanza, como gracias a la solidaridad de los fieles y de las personas de buena voluntad, se resuelven necesidades inmediatas. es cuestión de que el país entero se una con la convicción de que siendo solidarios y buscando el bien común, podremos alcanzar las metas deseadas, no para un gobierno de turno, sino para un país que debe dejar atrás esas cifras vergonzosas de pobreza y desempleo. Bien dice el Compendio de la Doctrina social de la iglesia en su numeral 367: “en la época de la globalización, se debe subrayar la solidaridad entre las generaciones. antes, la solidaridad entre las generaciones era en numerosos países una actitud natural, ahora se ha convertido en un deber de la comunidad. es lógico que esta solidaridad se siga promoviendo en las comunidades políticas nacionales, pero hoy el problema se plantea también en la comunidad política global, a fin de que la mundialización no se lleve a cabo a expensas de los más débiles y necesitados”. Quiera Dios que unos y otros, sin distinción de raza o condición social, sin miramientos políticos o religiosos, pongamos a Costa Rica de primero, ante la dura realidad que vivimos. La Iglesia católica atenderá el llamado de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) a sumarse al simulacro nacional de este lunes 19 de agosto.
Los sacerdotes le pedirán a sus fieles que no le hagan el feo a la invitación de la CNE y que se apunten para generar una cultura de prevención.
Los religiosos divulgarán información sobre el simulacro de evacuación en todas las iglesias este fin de semana.
Además, se les pidió a los curas sonar las campanas de sus templos el lunes a las 10 a.m.
“Se anima a los sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos a sumarse a este simulacro, como una expresión de la caridad cristiana, que busca el bien de todas las personas”, dice un comunicado de la Conferencia Episcopal.
El padre Edwin Aguiluz, secretario ejecutivo de la pastoral social Cáritas, dijo que incluso emitieron un documento en el que explican en seis pasos qué deben hacer los feligreses para integrarse a la actividad como Dios manda.
En resumen, piden a las personas que se inscriban en la página web www.simulacro. cr para que puedan hacer un reporte una vez finalizado el simulacro, además que identifiquen sitios seguros y sus rutas para ponerse a salvo. Es decir, para que sepa por dónde tiene que jalar durante el simulacro y que esa sea una ruta que pueda utilizar cuando un sismo de verdad lo sorprenda.
“Estamos invitando a los fieles y a los sacerdotes a que se unan, no puede ser un mandato, porque el tiempo era estrecho, pero sí es un proceso de motivación”, dijo el cura.
Eso sí, aclaró que el hecho que sea un lunes es una limitante para las iglesias pues ese es el día que tienen libre los sacerdotes y la afluencia de personas a los templos o salones parroquiales es baja.
“No es un día eclesial, a diferencia del sector público, que está en plena actividad. Pero es un llamado de motivación para que grupos y familias participen”, añadió Aguiluz.
Dijo que aplaude que este tipo de actividades que van construyendo una cultura de prevención.
“Hay que pensar en las personas con mayor nivel de vulnerabilidad, los niños, los adultos mayores y las personas con discapacidad”, dijo.
Costa Rica es un país propenso a temblores y por eso que cada familia debe tener un plan de evacuación. -Para
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Hay personas que por su falta de preparación, ya sea en la palabra de Dios o profesionalmente, dicen palabras de maldición sin saber que lo están haciendo, por ejemplo:
“salí a buscar trabajo, pero no me lo dieron. ¿Y ahora qué hago? estoy desesperado. ¡Qué mal me fue este día! Cada día más y más deudas, y no me sale nada”. analice esta conversación y piense en qué benefició a la persona lo expresado. a esto le llamamos una maldición inconsciente, porque la persona que expresa estas palabras posiblemente crea que maldecir es decir malas palabras o referirse mal hacia otra persona. no es así, es una palabra compuesta, mal-decir, o sea hablar mal, y nos la pasamos por la vida maldiciendo nuestra vida, nuestra familia y nuestra búsqueda de trabajo.
¿Ves por qué es tan importante hablar bien? Hace unos quince días realicé un entrenamiento con cinco personas cristianas y les pregunté: ¿Cómo ven este año 2019 en general? los cinco coincidieron en que el año será más malo que el pasado y que conseguir trabajo será más difícil. Que la economía del país estará peor. esto lo pregunté a personas que deberían hacer que las cosas en este país sean diferentes, lo que me hizo ver con más profundidad que muchos cristianos no ven la bendición en sus vidas porque por un lado Dios los quiere bendecir, pero por otro lado ellos maldicen lo que Él les da.
Hace unos días me reuní con un amigo pastor y dijo algo que marcó mi vida para siempre. Cuando hablo desde la mente solo paso información, pero cuando hablo desde el corazón imparto bendición a otros. antes de hablar piensa si lo que dirás o pensarás bendecirá tu vida o la maldecirá.
Es un llamado de motivación para que grupos y familias participen”.
Edwin Aguiluz Pastoral Social Cáritas