Las deudas hormiga rompen el bolsillo y la paz
“Yo iba a una fiesta y lo que llevaba no era un simple detallito; tenía que lucirme con algo grande y costoso, como si esa fuera la única manera en la que me iba a querer la otra persona. “Al final del mes pagaba recibos, deudas y me quedaba sin nada. Lo curioso es que trabajo desde muy pequeña y no entendía por qué no tenía dinero”.
A Eibynela Esquivel la “mataban” los llamados gastos hormiga.
Su caso no es aislado. Más de 35.000 empleados del Gobierno Central, Asamblea Legislativa, TSE, Contraloría General y Defensoría de los Habitantes están endeudados hasta el cuello. Las rebajas dejan sus salarios por debajo del mínimo. Entidades financieras, Caja de ANDE, mutuales y cooperativas dieron crédito a funcionarios públicos sin capacidad de pago, en parte porque la deducción automática del sueldo en el Ministerio de Hacienda funciona como garantía. Desafortunadamente un empleado con problemas de plata tan asfixiantes es un funcionario disminuido, incapaz de producir a plenitud pues su mente pasa haciendo números. La Procuraduría General de la República ya respondió a la consulta de un ente público sobre la legalidad y límites de las rebajas. “Por ningún motivo es posible hacer deducciones del salario del trabajador que afecten el ‘salario mínimo intocable’ al que se refiere el Código de Trabajo”.
Pendiente está la forma como se establecerá el límite de las deducciones anunciada por el Gobierno, pero independientemente de ello esperamos que el sobrendeudamiento se declare emergencia y a los afectados se les dé un programa de manejo de sus finanzas.