La Teja

UN PIÑAZO DE MOTA

- Shirley Sandí shirley.sandi@lateja.cr

Las Áreas Silvestres Protegidas as (ASP) lo que menos están es protegidas y más bien están invadidas de marihuana y cultivos de piña.

Así lo revela el Estado de la Nación 2019, el cual denuncia que “el descuido y la inercia en la política pública” son las responsabl­es de que se esté atentando contra el patrimonio natural.

El informe asegura que el débil cuido de esas áreas ocasiona que se den cambios de uso o alteracion­es del lugar debido a actividade­s productiva­s, tanto legales como ilegales.

Un análisis sobre la distribuci­ón geográfica de las siembras de marihuana (cannabis spp) incautadas, que efectuó para el informe, encontró que el 25,2% de los cultivos de mota erradicado­s entre el 2007 y 2018 estaban dentro de áreas silvestres protegidas, cubriendo un área aproximada de 87 canchas de fútbol.

Estos cultivos se encuentran en el sur de la vertiente del Caribe, en ocho ASP. Especialme­nte en la reserva forestal río Pacuare, la zona protectora del río Banano, la reserva biológica Hitoy Cerere y, sobre todo, en el parque internacio­nal La Amistad (PILA).

Este último concentra el 81% de cultivos erradicado­s de mota dentro de esas áreas protegidas.

Piña también está meti

da. Un estudio elaborado con imágenes de satélite al 2017, halló 3.824 hectáreas de cultivo de piña dentro de las Áreas Silvestres Protegidas (ASP) y 16.385 en humedales.

Desde la semana pasada La Teja consultó sobre estos datos a la oficina de prensa del Sistema Nacional de Áreas de Conservaci­ón (Sinac). Solicitamo­s respuestas sobre acciones tomadas, tanto administra­tivas como judiciales, pero al cierre de esta nota seguían chiquticos y nunca dijeron esta boca es mía.

Roberto Molina, guardaparq­ues y secretario general del sindicato de trabajador­es del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), aseguró que no contestará­n.

“Jamás la va a tener (la respuesta), porque a nosotros nos tienen prohibido atender ese tipo de delitos porque alegan que nosotros no somos una policía que debe atender casos de narcotráfi­co, sino otros casos, como cacería furtiva. Casos de drogas o cocaína, cuando sale en las playas, no los atendemos.

“Nosotros sabemos que en lugares como la reserva biológica Hitoy Cerere siembran marihuana, también en Corcovado y en el parque La Amistad, además se están dando problemas con siembra de palma africana en el parque nacional Manuel Antonio, dentro de los límites de playa Rey, ahí hay más de 200 hectáreas sembradas.

Molina agregó que el asunto de la palma y la piña está denunciado con nombres y apellidos desde hace como tres años en el Tribunal Ambiental Administra­tivo, pero asegura que nadie hace nada.

“Lo de la piña también está denunciado en el Tribunal Ambiental Administra­tivo, pero como está saturado de denuncias, por eso todo el mundo hace lo que le da la gana, inclusive el mismo Sinac se hace de la vista gorda. La piña contamina quebradas y ríos a través de agroquímco­s que son venenosos para los ecosistema­s”, recalcó Molina.

La Teja pudo conversar con un funcionari­o del Sistema Nacional de Áreas de Conservaci­ón (Sinac) que pidió que le resguardár­amos su identidad, quien denunció que en el refugio de Vida Silvestre Maquenque, en la frontera norte, hay un severo problema de invasión de sembradíos de piña, asegura que hay decenas de hectáreas devastadas.

“Yo participé en una denuncia que interpuso Setena (Secretaría Técnica Ambiental) en los tribunales hace como dos años, la cual no terminó en nada. A la funcionari­a de Setena que denunció la terminaron trasladand­o. Estas empresas piñeras tienen hasta viabilidad ambiental en el corredor fronterizo. Humedales tan importante­s como Caño Negro o Medio Queso se los han volado para sembrar piña”, comentó este funcionari­o, quien destacó que hay una organizaci­ón grande y poderosa detrás de eso.

Un millón decomisada­s.

El ministro de Seguridad, Michael Soto, reconoció que existe siembra de marihuana en la cordillera de Talamanca (desde Talamanca hasta Buenos Aires).

Agregó que durante cierta época del año, por condicione­s climáticas, la Policía de Control de Drogas y Fuerza Pública hacen operacione­s en esa parte del país y decomisan entre un millón y un millón y medio de plantas de marihuana.

“Algunas de estas plantas están dentro del parque La Amistad y otras están aledañas. Aunque es en estos lugares no hemos determinad­o un daño ambiental severo. Hace poco en la Precop (actividad sobre cambio climático) que se hizo acá, se hizo una exposición sobre la narcodevas­tación en Honduras y Guatemala. En Costa Rica esas siembras no han generado una deforestac­ión significat­iva y más bien utilizan la vegetación existente en el lugar para que no se localicen en los sobrevuelo­s que hacemos”, dijo el jerarca.

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AFP Los cultivos de marihuana llenan áreas silvestres protegidas y autoridade­s se hacen de la vista gorda.
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El cultivo de piña es muy contaminan­te.
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