RUSO CORRUPTO DESTAPÓ ESCÁNDALO DE DOPAJE Diablo repartió escapularios
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) determinó este lunes que Rusia quedará excluida durante cuatro años de eventos deportivos internacionales.
Uno de los grandes responsables de dañar el deporte ruso es el doctor Grigori Rodchenkov, quien soltó la sopa.
Sus acciones destruyeron la credibilidad del deporte ruso: la suspensión a perpetuidad del ministro Vitaly Mutkó, que estuvo al frente del Mundial de Rusia, confirma que se dio total credibilidad a sus denuncias.
Grigori es doc en cinética química y catálisis. Fue miembro del Centro Antidopaje de Moscú en los tiempos soviéticos y miembro del equipo olímpico en Seúl 88.
En el 2005 se convirtió en el director en funciones del centro antidopaje general de Rusia y a principios de la década del 2010 dieron positivo un montón de rusos.
Pero Grigori se la jugó como un gato y en el 2010 quedó al frente del antidopaje, de forma oficial, así como de la estructura de dopaje.
Sin embargo, tal cosa no era legal: su hermana y él son investigados por tráfico de sustancias prohibidas. Ella va para año y medio a la cárcel y a él lo trasladaron a un centro psiquiátrico, pero se le permite usar una computadora y sigue ‘trabajando’.
Rodchenkov contó con el apoyo de la misma AMA y el COI para convertirse en médico del equipo ruso en los Juegos de Londres 2012 y director del laboratorio antidopaje de Moscú.
Lo curioso es que uno de los sistemas que se está empleando para cazar a los tramposos lo diseñó el propio Rodchenkov.
Pero como estaba al frente del sistema de detección y a la cabeza de la investigación, no tardó en encontrar una puerta falsa para engañarlo. Es en el 2012 cuando aparecen las primeras denuncias de atletas en las que se cita que un deportista puede doparse y, si paga, salir impune.
El pago incluía tanto el plan de dopaje, como su ocultación y cambio de muestras en el laboratorio antidopaje de Moscú. Grigori afirma que trabajaba de acuerdo con una estructura estatal. Que se seleccionaban los atletas que tomarían el ‘ Duquesa’, cóctel de esteroides que él había diseñado, de apenas cinco días de ventana de detección y que los hombres tomaban mezclado con whisky y las mujeres con vermut: un enjuague bucal con la mezcla que es absorvido a través de la mucosa bucal y listo.
En el periodo preolímpico no había mayor problema, porque él se encargaba del otro ‘enjuague’ y cambiaba las muestras dudosas en el laboratorio, haciéndolas desaparecer o cambiando las lecturas. Algunos siguieron dopándose por su cuenta con esteroides... y eran cazados con el sistema diseñado por el propio Grigori.
Cuando el panorama empezó a oscurecerse y Grigori reconoció haber destruido casi 1.500 muestras de controles en el laboratorio de Moscú, él tomó un avión en un viaje que se transformó en huida, a Estados Unidos, donde contó su versión a la prensa y al departamento de justicia. Y pasó a ser testigo protegido, oculto.