EN NÚMEROS
“Es común que al inicio los chiquitos se queden viendo de largo las actividades, con cierta timidez, pero con el pasar del día se van acercando y van agarrando confianza. Escogimos lugares en los que sabemos que hay mucho por hacer en materia de prevención porque ahí es donde tenemos que trabajar más fuerte”, explicó Calderón.
“En estas actividades uno ve de todo, por ejemplo, (el domingo) estuve hablando con un chiquito que no llegaba a los cuatro años y me dijo que él quería mucho a los policías aunque un oficial se había llevado al papá de él para la cárcel”, relató Calderón.
Contra el mal. Cuenta el jefe policial que con las polivisitas (como las llaman) pretenden lograr un acercamiento con las comunidades que les permita establecer conexiones y grupos de trabajo para luchar contra la delincuencia.
“A uno lo llena ver a los chiquitos disfrutar, reír, jugar bola, abrir los regalitos. Vamos ganando más terreno y vale la pena esforzarnos por llegar hasta la gente porque ahí es donde se dan alianzas importantes.
“Nosotros, como policías, debemos cada día ir ganándonos la confianza de las personas para que nos informen en qué lugares venden drogas, dónde desmantelan carros robados, datos de la indican que en lo que va del año en el cantón central de alajuela se han dado 35 homicidios; 955 hurtos (robos por descuido), 822 asaltos, 694 robos, 415 robos de vehículos y 179 tachas de carros.
dónde descargan camiones robados y así poder nosotros llegar hasta los delincuentes”, aseguró.
Las fiestas estuvieron a cachete. En cada una hubo colachitas, pintacaritas, piñatas, fútbol en la calle, música, comida, cine en su barrio, juegos y regalos y todo eso salió de la bolsa de los propios policías.
Calderón adelanta que seguirán haciendo actividades para fortalecer la relación con las poblaciones vulnerables.
Entre más acercamientos tenemos con la gente el trabajo de la seguridad se da de forma más natural y efectiva”.
Erick Calderón, Jefe policial de Alajuela