“Lo que menos quiero es estar aquí”
Don Carlos Caicedo, papá de Carla Stefaniak, la venezolana que fue asesinada en Villas Le Mas en Escazú, llegó al país este viernes para estar en el juicio por la muerte de su hija, el cual arranca este lunes en los tribunales de Pavas.
“Lo que yo menos quiero es estar aquí. El inicio del juicio coincide con los 14 meses que hemos pasado sin mi hija, yo quisiera poderle explicar este dolor que siento, pero no puedo, es un vacío tan grande que a veces no sabemos ni qué hacer. Ante la ausencia de Carla nos hemos refugiado en Dios, pero nada de esto ha sido fácil”, dijo el señor.
Tuvo que viajar solo pues la madre y el hermano de Carla tienen asilo en Orlando, Estados Unidos, y no pueden salir.
“Yo estoy pensionado, tengo tiempo y disponibilidad y había que venir. Para mí ha pasado mucho tiempo para que esto llegue a juicio, pero me estoy enterando que aquí los casos más bien duran más tiempo y algunos quedan guardados.
“La verdad es que nosotros queremos que salga a la luz pública la realidad de lo que sucedió esa noche, lo que un miserable hizo en medio de drogas o el alcohol. Que el OIJ y la Fiscalía no indagaron más o se dieron por satisfechos con lo que investigaron, porque yo no tengo la menor duda de que en el asesinato de mi hija intervinieron más personas”, dijo el papá.
Don Carlos asegura que el acusado, de apellidos Espinoza Martínez, quien era el guarda del lugar, tuvo más cómplices para limpiar el lugar y también para mover el cuerpo.
“Era imposible que una sola persona jalara el cuerpo 300 metros en un terreno que era complicado, queremos saber quiénes más estuvieron involucrados”, dijo angustiado.
Según la Fiscalía, Espinoza mató a Carla entre la noche del 27 y la madrugada del 28 de noviembre del 2018. El acusado, al parecer, la apuñaló siete veces y la golpeó mientras ella trataba de defenderse.
Supuestamente, el hombre luego la enterró en la misma propiedad y el cuerpo fue hallado el 3 de diciembre. Cuando a Espinoza le preguntaron por Carla, él aseguró que ella se había ido en un taxi.
Atacarla sexualmente habría sido la causa del asesinato.
“Mi hija era un ser muy especial, era coqueta y aventurera. Ella disfrutaba la vida a su manera, se había casado, no funcionó y se divorció, entonces siguió con su vida, viajar era una de sus pasiones. Nosotros siempre estábamos en contacto por celular, WhatsApp, no pasábamos más de dos días sin saber uno del otro, aunque fuera rapidito. Para nosotros los venezolanos la bendición de los padres es tan tradicional que aunque fuera por el teléfono, ella siempre la esperaba y la recibía”, dijo el extranjero.
Este papá asegura que la ausencia de Carla es dura para toda su familia, todos en la foto de WhatsApp tienen una imagen con ella por lo que la recuerdan a diario.
“Mi vida no es la misma, no puedo dormir y tengo que tomar pastillas que también me ayudan con los nervios y para la presión. No solo me arrebataron a mi hija, también arrebataron la paz”, dijo el venezolano quien espera quedarse dos semanas en el país.
Se está hospedando en casa de su abogado, Joseph Rivera, esto para que se sienta apoyado, pues no tiene familiares ni conocidos en el país.