Rey del Pop estaba calvo
Al morir, en junio del 2009, Michael Jackson tenía el cuerpo devastado debido a las cirugías estéticas, medicamentos y la batalla contra la anorexia. La autopsia arrojó escalofriantes detalles del estado físico que tenía la voz de “Thriller” cuando murió a los 50 años, a causa de un paro cardíaco provocado por una sobredosis de propofol.
El diario The Sun informó que el cantante tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de marcas de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía a diario de su médico personal, Conrad Murray, declarado culpable de su muerte por administrarle incorrectamente la droga.
Además, los labios del Rey del pop fueron tatuados de color rosa mientras que sus cejas eran tatuajes negros y la parte delantera de su cuero cabelludo también fue tatuado de negro para combinar con el color de su cabello.
Lo más sorprendente que se descubrió fue que su cabello ondulado, hasta los hombros, era una peluca pegada a su cabeza, ya que era calvo.
“Era piel y hueso, se le había caído el pelo y no había estado comiendo más que pastillas cuando murió”, dijo una fuente a The Sun. “Las marcas de inyección en todo el cuerpo y la desfiguración causada por años de cirugía plástica demostraron el declive de sus últimos años”.
Su cuerpo estaba manchado, lo que confirma que padecía vitiligo, es decir, la destrucción de melanocitos, que son las células responsables de dar color a la piel.