“Abandonados a nuestra suerte”
A 16 ticos les ha tocado tragar grueso y hacer de tripas corazón, ya que se quedaron varados en Venezuela en plena pandemia.
Ellos permanecen en un país lleno de necesidades, con apagones de más de doce horas diarias, en el que no se consiguen medicamentos, ni comida.
Uno de los ticos a los que le ha tocado vivir este calvario es don Álvaro Carmona, ingeniero agrónomo que viajó el 18 de marzo a Zulia, en la zona fronteriza con Cúcuta, Colombia, para trabajar. La bronca es que estando allá le avisaron que el país cafetero había cerrado sus fronteras y quedó atrapado en Venezuela
El mayor problema es que Carmona sufre presión alta por lo que ha tenido que cuidarse mucho pese a las difíciles condiciones en las que vive.
“Mi regreso estaba programado para el 4 de abril, y ya han pasado más de dos meses. Aún estoy en Caracas, porque me habían dicho que el sábado 30 de mayo había un vuelo que podía llevarnos, pero luego lo cancelaron y no hemos tenido más avisos”, dijo el angustiado tico.
Don Álvaro, de 63 años, ha movido cielo y tierra para intentar regresar, ha enviado correos a la Cancillería y a varios amigos diplomáticos que conoce, pero no logra conseguir que lo saquen junto a otros 15 ticos que están en ese crítico país suramericano.
Carmona se enteró que algunos ticos fueron desalojados del hotel en el que estaban porque ya no tenían con qué pagar.
“Gracias a un amigo venezolano logré salir de donde estaba en un camión de verduras con el que abastecen de alimento a la capital venezolana, con la esperanza de regresar a Costa Rica. Fueron cerca de veinte horas de viaje metido en la cabina del camión y custodiado en todo momento por el ejército, para cuidar que no asaltaran el camión. Fueron más de 900 kilómetros los que debía recorrer”, recordó don Álvaro.
Al principio estaba quedándose en la finca de un amigo, así que no debía preocuparse por pagar hotel o por la alimentación, pero al irse se le terminaron los fondos y sus tarjetas de crédito vencieron.
Su principal queja es que las autoridades diplomáticas nacionales no les dicen nada y los días siguen pasando.
“He tenido que buscar cómo regresarme y ahora hay una posibilidad con un amigo que tiene un avión privado que está planeando un viaje a Costa Rica, pero estoy a la espera de que se concrete y pueda irme con él. Otra opción es un vuelo que está organizando la Embajada de Costa Rica en El Salvador, pero aún nada”, comentó Carmona.
Responde.
Al respecto, la Cancillería tica responde que el departamento Consular les ha hecho saber a los costarricenses sobre las opciones existentes y de la situación que se presenta en Venezuela.
“Es importante aclarar que los costarricenses solo pueden viajar de Caracas a México si tienen garantizado un vuelo de conexión a Costa Rica. Una vez que se programe otro vuelo de México a San José se les brindará la información para que pueda realizar la reserva de su boleto con CONVIASA, en caso de tenerlo a bien”.
Agregaron que la inexistencia de relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro, así como el cierre del aeropuerto y la insuficiente cantidad de personas para gestionar un vuelo de repatriación desde Venezuela, no han facilitado que se concrete un traslado. O sea, a como pinta la cosa, el calvario para este acongojado costarricense va para largo.