Laudato SI’ (II parte)
en la perspectiva del laudato SI’ y recordando la confianza en la humanidad y su capacidad de cambio, no podemos ser fatalistas ni deterministas en el sentido de ver la realidad como una perdición. es del magisterio eclesial ser personas esperanzadas, porque sabemos que la raíz de esta virtud está vinculada con la muerte y la resurrección de Jesucristo. el papa Francisco en su obra la vida después de la pandemia dice: “Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. la oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras” (p.23). Desde la Santa Sede se nos han planteado los siguientes objetivos:
1. Respuesta al clamor de la Tierra (usar energía limpia y renovable y reducir combustibles fósiles para lograr carbono neutral).
2. Respuesta al clamor de los pobres (defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte y de todas las formas de vida sobre la tierra). 3. una economía ecológica (producción sostenible, comercio justo, consumo ético, inversiones éticas, etc.).
4. Adopción de estilos de vida sencilla (sobriedad en el uso de los recursos).
5. educación ecológica (replanteo y reformulación de los programas educacionales y reformar las instituciones en el espíritu de la ecología integral). 6. Espiritualidad ecológica (recuperar una visión religiosa de la creación de Dios, estimular el contacto con el mundo natural con espíritu de admiración y alabanza).
7. Hacer hincapié en el empeño comunitario y la participación activa en el cuidado de la creación a nivel local, regional, nacional e internacional.