DEERE FRENADO POR EL COVID-19
En Atenas hay una poderosa máquina que está ansiosa de que pase la pandemia para volver a lo suyo: batir barro.
Se trata de Deere, un reconocido vehículo campeón que compite en esa especialidad desde el 2014.
Sus chineadores son Rafael Salamanca y sus hijos, Kenneth, Keylor y Carlos, quienes rescataron a este potente chuzo en un finca de este cantón alajuelense.
Carlos contó que su familia tiene una empresa de maquinaria pesada y fue gracias a un movimiento de tierra que les encargaron que Deere llegó a ellos.
“El carro mi papá lo adquirió en el 2013, se cambió por un movimiento de tierra que hicimos. Estaba en mal estado y muy descuidado, así que nos dimos a la tarea de prácticamente reconstruirlo”, mencionó.
En un principio, al chunche lo iban a castigar metiéndolo en una finca que tienen en
Atenas para jalar material pesado, cuando lo de él es competir, esos son los genes que lleva en su aceite.
“Mi papá lo compró sin pensar que el carro era de autocross, nos dimos cuenta porque un señor al que le decían Fufia nos dijo, en el 2014, que era un carro de autocross”, comentó.
Fue en ese momento en el que decidieron restaurar la nave para ponerla a competir, para ello tardaron seis meses y en ese mismo año campeonizaron.
“El carro no tiene marca pero el chasis es el de un Range Rover con motor de Chevy 4.3 vortec y la caja de cambios es una TH 440”, detalló Carlos.
Cuenta que cuando lo pusieron a tono, lo mandaron a competir a una carrera en la pista la Olla en Alajuela, pero ocurrió algo inesperado.
“Mi papá se lo llevó y le fue malísimo, quebró el motor que era de ocho cilindros. Lo tuvimos que cambiar, lo pusimos de seis y fuimos campeones nacionales en el 2014 en categoría absoluta y subcampeones en la categoría de cilindros”, añadió.
Como dato curioso, Carlos explicó que en la primera fecha de aquel certamen que ganaron, se dejaron el podio, sin tener nada de experiencia. “Nuestro equipo se llama el Team Salamanca, en las competencias de los otros años nos hemos mantenido de segundos o de terceros, la verdad es que nos ha ido muy bien y en parte es porque mi papá es un crack, hasta fue campeón nacional de monta de toros con espuela de picos en el 2004”, comentó.
Ocho horas para lavarlo. Una de las partes más complicadas no son las competencias, sino el mantenimiento que se le debe dar después de cada quemada de llantas.
“A veces los carros se vuelcan y hay que hacerles reparaciones, también hay que lavarlo, eso es bastante complicado porque el barro se seca y queda en partes difíciles de llegar, uno puede tardar como ocho horas lavándolo”, explicó.
Parte del éxito que ha tenido el Team Zamora obedece a la ayuda de empresas como MPC – John Deere, Transportes y Excavaciones la Paquereña, Taller Dihersa y One 3 que les ayudan a afrontar los gastos de la nave.