¡Vive, vive, el Monstruo vive!
“Esto me da mucha vergüenza”
¡Vive, vive, el Monstruo vive! Y a costillas de un Cartaginés que se despistó nueve minutos y quedó echo papilla 4 a 0. Duró más una bolsita de papas en boca de un hambriento, que la ilusión de los brumosos que se desgalillaron el miércoles eliminando a Guadalupe. Hasta se llega a pensar si los guadalupanos de Geiner Segura no lo hubieran hecho muchísimo mejor.
Los de la Vieja Metrópoli duraron diez torneos sin avanzar a semifinales y cuando por fin lo lograron hicieron el ridículo en el Fello Meza.
Para resucitar los brumosos deben ganar 4-0 el miércoles en la Cueva, y 5-0 para matar al Monstruo, o sea... ayer se terminó todo.
El domingo empezó bonito con el desfile de carros que acompañó a los equipos.
La caravana que salió de Tibás junto al bus morado estuvo buena, se sentía ambiente de fiesta, y ni que decir en la entrada de la provincia de Cartago donde los azules se reunieron para hacerse sentir y que el club viera que contaba con ellos, sin embargo, la afición no juega.
Empezó trabado.
Después de la desinfección de tacos y manos al entrar a la gramilla del Fello y el pitazo inicial de Hugo Cruz el visitante mostró mejor cara.
Al minuto 10 Ariel Rodríguez pudo tocar la gloria, pero al recibir el centro de Mariano Torres desde el tiro de esquina, no pudo meter un buen cabezazo.
La respuesta local llegó con Marcel Hernández, a quien tuvieron bien controlado y apenas se dejó ver un par de veces.
Al minuto 15 Hernández se bailó a David Guzmán, hizo todo perfecto, pero no encontró a nadie en el centro para que cerrara la jugada.
La estaba viendo fea Guzmán con el caribeño, pero sacó la tarea.
Dos minutos más tarde Manfred Ugalde quedó con el marco a disposición tras una buena jugada de Johan Venegas, pero se enredó solo y cuando iba a tirar ya tenía a los defensas brumosos encima. El carajillo sigue opaco.
La otra de peligro saprissista fue con Christian Bolaños, que alistó, apuntó y disparó, pero ligeramente desviado.
Muy fácil.
El segundo tiempo resultó tan fácil para Wálter Centeno que ni se lo podía creer.
Paté solo necesitó que cayera el primero en el saco blanquiazul para que se abriera la llave anotadora y sacudirse la racha de cuatro partidos sin triunfos.
El as bajo la manga de Centeno estaba en la banca y llegó desde Nicaragua, Byron Bonilla entró al minuto 61 enchufado y fue clave.
Apenas un minuto después del ingreso de Bonilla, Michael Barrantes le quitó la bola a Christopher Núñez, quedó con suficiente espacio y eso es mortal, porque el volante pateó de zurda, como mejor lo sabe hacer, y clavó el 1-0.
Golazo de Barrantes que desbalanceó a los brumosos.
Cuatro minutos después llegó el segundo dardo morado. Byron condujo por izquierda, y a la defensa azul parecía que nada la estresaba porque le dieron todo el espacio del mundo, centró y Ariel Rodríguez anticipó a Heyreel Saravia y metió la punta de su taco para mandarla al fondo.
Ya pintaba horrible el panorama para los de casa y en la banca Hernán no lo podía creer.
Pero si le costó asimilar los dos primeros, ni qué decir del tercero que hizo que el Pelícano mejor se quedara sentado calladito e incrédulo.
Fue al 72 que cayó el 3-0, otra vez Bonilla entró como Pedro por su casa, centró fácil, Ariel la pegó, pero reventó en el poste y le quedó a Christian Bolaños que sin atarantarse nada más la colocó.
A Cartaginés le podrían poner adaptada esa famosa canción de la red social Tik Tok: “Ese equipo ya está muerto, y no le han avisado”.
En los últimos minutos, Cartaginés dio patadas de ahogado, pero no logró romper la defensa saprissista y más bien le metieron uno más para cerrar la mejenga.
Al 89, Johan Venegas, que ya había perdonado, se encontró una bola mal rechazada en el área chica y abombó las redes de Darryl Parker que salió con el saco lleno.
El miércoles será de mero trámite y el Sapri puede ver con calma los partidos entre Herediano y Alajuelense para analizar a su próximo rival. La dosis de motivación de Medford fue apenas un confitazo.