La Teja

Tenía los números comprados

- Shirley Sandí shirley.sandi@lateja.cr

A sus 85 años, don Francisco Miranda puede rajar de que venció al covid-19 y a las estadístic­as, pues a pesar de enfrentar tres de los factores de riesgo de esta enfermedad (edad, diabetes y presión alta), salió avante y le ganó la batalla al virus que acecha al mundo entero. O sea, a pesar de tener todos los números para pegarse la rifa, salió como los grandes.

Y esto a pesar de que los familiares de don Francisco aseguran que él no recibió tratamient­o médico ni atención por parte de ningún funcionari­o del Ministerio de Salud.

Este abuelito, junto con otros diez miembros de su familia que también resultaron positivos, sostienen que vivieron la enfermedad y cuarentena solos, al amparo de Dios, pero dichosamen­te solo tienen noticias buenas para contar.

Ellos son vecinos de Alajuelita y viven todos en una sola propiedad. No saben cómo inició el contagio, solo que el virus se les pegó a todos. Eso sí, de los vecinos no se quejan, recibieron mucho apoyo y buenas atenciones.

Don Francisco presentó dos síntomas: pérdida de apetito y no podía ir tranquilam­ente a dar del cuerpo.

“Yo no tuve dolores muy fuertes ni cosas por el estilo.

Estoy muy agradecido con Dios por eso, solo perdí el apetito y los deseos de ir a baño, pero mi nieta me decía que si yo no comía ella tampoco y eso me dio valor de seguir adelante.

“Dos días pasé sin comer, !ahora qué va!, lo que no me gusta son la cuchara y el plato, todo lo demás me lo como. Si es de tomarme un vaso de leche a las 2 de mañana, me lo tomo sin problemas”, dijo entre risas este comelón, quien ahora le entra sabroso a los picadillos y el pollito en salsa.

Fe firme. A su vez, el abuelito resaltó que no tuvo miedo, sino fe.

“Los primeros días son de malestares, pero cada amanecer uno va mejorando. También tengo la dicha de que yo no fumo ni tomo, entonces eso me ayudó. No dejé de caminar, por lo menos de la sala a la cocina”, comentó este alajuelite­ño.

Quien estuvo a cargo del cuido de don Francisco fue su hija, Yesenia Miranda.

“Mi papá se portó muy bien, fue muy valiente. Le dimos chineos, acetaminof­én y medicina para la tos, que dichosamen­te había en casa porque el Ministerio de Salud ni nos visitó. También le dábamos sopas, gelatina, yogurt, jugo de naranja y atoles”, aseguró la señora.

Actitud ante todo. María Fernanda Vargas, nieta de don Francisco, dijo que la actitud de su abuelo le ayudó mucho.

“Desde que dio positivo mi abuelo contó con los cuidados de todos los de la casa, de mi tía que convive con él, del resto de la familia y hasta de los vecinos.

“Cuando recibió la llamada (para confirmar que tiene el virus), mi abuelo se agüevó el primer día, pero luego agarró valor y conforme pasaron los días mejoraba. Sí estaba muy sentimenta­l, se le cortaba la voz si uno le hablaba, pero también estaba agradecido de que no se complicó y de las muestras de cariño de todos.

“Siempre lo vi alegre, se reía a carcajadas con las llamadas, nadie diría que estaba enfermo”, contó María Fernanda.

La nieta resaltó que don Francisco siempre ha sido una persona alegre, dadivosa y que si puede hacerle favores a los vecinos, los hace con gusto.

“Le gusta salir a caminar, a comprarse leche y unos bananos, siempre se ha mantenido activo”, contó.

Eso sí, María Fernanda denunció que su familia tuvo que salir sola de esta ruda prueba.

“Estamos aquí por la gloria y misericord­ia de Dios, porque aquí hay tres personas de alto riesgo: mi abuelo, mi papá y mi tío. Se les hicieron pruebas a cinco personas y como seis más teníamos los síntomas, llamamos al Ministerio de Salud para que vinieran y lo que nos dijeron fue que nos pusiéramos guantes y cubrebocas y nos fuéramos por nuestros propios medios a realizarno­s la prueba, que no le dijéramos nada al taxista para no alarmarlo.

“Yo no tengo corazón para hacer eso, se pueden infectar más personas”, aseguró la joven.

Según María Fernanda, once miembros de su familia presentaro­n síntomas. Todos tuvieron molestias como dolor de cuerpo, de ojos y calentura, pero nada de gravedad. El 25 de julio se les cumplió la orden sanitaria y ya están puras tejas.

Se defiende. En la Caja se defendiero­n y nos pasaron las fechas en que se comunicaro­n con los miembros de la familia que dieron positivo.

“Los contactó el equipo de médicos de familia que posee la institució­n para verificar su condición de salud”, aseguró la oficina de prensa de la Caja.

Yo en ningún momento tuve miedo, Dios siempre está conmigo. Mientras Dios esté conmigo, nadie contra nosotros”.

Francisco Miranda

Adulto mayor que venció al covid.

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CORTESÍA Don Francisco Miranda está puras tejitas.
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MAYELA LÓPEZ El picadillo es de las comidas favoritas de don Francisco.
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