Gustan jugar con fuego
UN LUGAR DE OTRO PLANETA EN COSTA RICA Ek Cañón de Mordor, Quemaderos del Volcán Poás
Un viaje que podría convertirse en un paseo directo al más allá, sin boleto de regreso, desean evitar las autoridades del volcán Poás.
Lo que sucede es que hay irresponsables que ofrecen tours a un sitio al que llaman el cañón de Mordor, en referencia a la mítica tierra del libro El señor de los anillos, pero que son en realidad viajes a los Quemaderos, en el parque nacional volcán Poás, zona prohibida por su alta peligrosidad.
Y es que las visitas ilegales se han convertido en un dolor de jupa para los guardaparques porque han aumentado.
Así lo explicó Mahyar Shirasinia, administrador del parque y quien detalló que algunas personas hablan de sus visitas en redes sociales y eso entusiasma a otras.
“Hemos tenido mucha presión por ingresos de grupos ilegales. El volcán Poás siempre lo ha tenido, pero este año ha estado más fuerte. Hemos hecho entre 270 y 300 prevenciones administrativas (partes), que es lo que les pasa a quienes son sorprendidos por primera vez”, explicó.
Shirasinia dijo que el problema también ha aumentado por las páginas o grupos en redes sociales que ofrecen tours al lugar y cobran entre ¢15 mil y ¢30 mil sin advertir de los serios peligros.
“La gente tampoco sabe a lo que se expone porque se lo venden como un tour legal y les dicen que van asegurados, lo que no es cierto. Si algo le pasa a alguien la aseguradora les va a decir que nada tenían que hacer en una zona prohibida”, añadió.
Solo el fin de semana pasado las autoridades del parque nacional evitaron que unas 200 personas ingresaran a esta zona.
Muy peligroso. El cañón de los Quemaderos es muy lindo, pero lo que tiene de tuanis lo tiene de peligroso.
El principal riesgo es la alta concentración de gases tóxicos expulsados por el volcán.
“Por eso el nombre de
Quemaderos, porque todo el sector está quemado por los gases arrastrados hasta ahí por el viento. En este punto no crece la vegetación por la alta concentración de dióxido de azufre y otros gases volcánicos”, explicó.
A estos peligrosos gases se suman enormes piedras, que pueden llegar a ser del tamaño de un carro, y que suelen caer en el cañón.
“Al ser un cañón en formación hay muchas piedras sueltas, en varios puntos han ocurrido derrumbes, entonces está el riesgo de que una piedra le caiga a una persona. Y la gente también se expone a la caída en un acantilado”, añadió.
Las pozas del cañón son muy peligrosas porque además de tener una alta concentración de químicos en ellas pueden pasar cabezas de agua.
Muchas entradas. Otro problema que enfrentan los guardaparques es determinar por cuál zona se dan los ingresos porque existen varios puntos de acceso.
Shirasinia explicó que los más usados se encuentran en Sarchí y Bajos del Toro y, por lo general, están dentro de fincas privadas.
“El dueño de la finca les vende la entrada a la catarata Caída del cielo, pero luego les dice que si siguen por ese camino van a llegar hasta el cráter del volcán Poás, que es una caminata de cuatro horas, entonces lo que hacemos es esperarlos en una zona dentro del parque nacional”, detalla.
Otro pero es la falta de personal. En muchas veces solo cuentan con tres guardaparques y un oficial de la Fuerza Pública para tratar de controlar a grupos de más de 20 personas, que al verse acorraladas, lo que hacen es huir.
Cuando alguien es sorprendido por segunda vez dentro de la zona restringida se le detiene y se le lleva al Ministerio Público, donde se le abre una causa por desacato a la autoridad, por lo cual le pueden recetar hasta tres años de cárcel.
Jim Batres, subdirector operativo de la Cruz Roja Costarricense, explicó que esta clase de tours ponen en riesgo a las personas que los pagan y también a los rescatistas.
“Hablamos del Poás, un volcán activo que todavía hace dos o tres años presentaba una actividad muy importante que genera un factor de riesgo para el personal que deba realizar cualquier labor de búsqueda en las inmediaciones”, explicó.
Batres añadió que las personas deben ser conscientes del peligro al que se exponen si visitan esa zona, principalmente porque no hay rutas de emergencia en caso de que el Poás haga erupción.
El problema se ha incrementado demasiado y se están haciendo los mayores esfuerzos para controlarlo”.
Mahyar Shirasinia
Administrador parque volcán Poás