Los viejos rendían más
El nuevo billete de veinte rojos que comenzó a circular este 26 de noviembre, puede que sea un plasticazo más resistente, todo un milenial y ande mejor chaneado, pero no alcanza para comprar tanto como sí lo hacía un humilde billete de papel de una tejita de los años setentas.
Gracias a una herramienta digital del semanario www. elfinancierocr. com identificamos el billete de los años setenta de una tejita, específicamente de 1976, cuyo monto equivaldría a 20 mil colones de hoy. Hasta ahí todo parejito.
Cuando revisamos información setentera, comprobamos que el papel se estiraba un montón.
Un documento titulado “Canasta básica costarricense”, hecho en 1980 por Sandra Murillo y Leonardo Mata, del Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica, nos mostró los precios de la jamita en Tiquicia en esos años.
Eso sí, hay que tener muy en cuenta que hablamos de cuando el dólar estaba en 8,5 colones y no había llegado Rodrigo Carazo a la presidencia que fue de 1978 a 1982 y con Carazo el dólar se disparó y vivimos una seria crisis económica.
En aquella dorada época con ese billete de a tejita podía comprar: una caja de leche, un cartón de 30 huevos, carne, frijoles, varias verduras, frutas, bananos y plátanos, yuca, camote, ñampí, tiquisque, arroz, pan, tortillas, manteca o aceite, café y hasta gaseosas, y todo eso le costaba 5 colones y 45 céntimos, en la zona rural, y 6 colones en la zona urbana.
Váyase con un billete plasticazo de 20 rojos a comprar todo eso a ver si le alcanza, es por eso que uno va entendiendo por qué ahora gustan más los mayores: rinden mucho más.