Sabiduría popular
Empezaré recordando uno de los dichos más populares entre campesinos y que trata de cuando a alguien se le hace un favor y le pagan a uno con una traición.
Entonces, se le aplica el dicho: “hizo la de los chanchos, después de comer, vuelcan la canoa”, o el otro que dice: “hizo la de las vacas, no se pasearon en la entrada, pero sí en la salida”. Todo lo anterior tiene una respuesta moderna que dice “no es nada personal, es cuestión de negocios”.
Resulta que los encargados del redondel, en años anteriores, deben entregarlo estos días, del 28 al 30 del mes en curso y plantean un recurso de amparo para no hacerlo, con algunas justificaciones que no entiendo, ¿qué pretenden?
Seguro todos hacemos juicios de lo que quieren, pero no podemos afirmarlos. Se deduce que, si querían seguir con el derecho a explotarlo, ¿por qué no lo compraron de nuevo? y se hubiese librado todo lo engorroso que es estar en litigios legales y pretenden privar al pueblo de una tradición centenaria como son los toros.
Después de ocho meses de nada, nos hace falta alguna alegría, pero una vez más, aparece una pandemia igualmente centenaria y en la que cualquier ciudadano puede paralizar cualquier actividad y demandar en el momento que se le antoje.
Con este tipo de actitudes, debemos entender por qué fuimos los primeros en ser suspendidos y seremos los últimos en volver a los escenarios públicos, porque la ambición, una vez más, le gana a la razón. Después de todo lo descrito, yo quisiera ver a todo el gremio taurino, ecuestre, de rodeo, chinameros, dueños de redondeles y artistas pronunciarse, hacerse sentir, sin obstaculizar vías, centros educativos, o de salud, pues lo anterior es ilegal.
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