PELIGROSOS ALIADOS DEL COVID
Las semifinales y final del fútbol nacional, los tamalitos, el aguinaldo, el gordo navideño que se juega mañana y otras actividades propias de la época navideña, son peligrosos distractores que pueden hacer que la gente baje la guardia en la lucha contra el covid-19, en momentos en que los contagios y muertes siguen subiendo.
Para muestra un botón, este jueves a unos aficionados manudos se les olvidó la crisis de salud que vive el mundo y llegaron en pelota al Centro de Alto Rendimiento (CAR) para despedir a los jugadores liguistas previo al partido ante Cartaginés.
Además de no guardar una distancia prudencial entre ellos, la mayoría andaba sin mascarilla o la tenía mal puesta. Y, como si eso fuera poco, cantaban a todo pulmón, algo que el ministro Daniel Salas ha insistido hasta el cansancio que no se debe hacer.
Conductas como estas son las que preocupan a las autoridades de Salud, pues los hospitales ya están prácticamente llenos y, en caso de darse otra ola de contagios de covid-19, colapsarían.
Por eso ayer, el presidente Carlos Alvarado envió un mensaje a la población en el que recordó la importancia de seguir respetando el distanciamiento social, el uso correcto de la mascarilla y el constante lavado de manos, para evitar que el virus se salga de control.
“Estos días de diciembre serán diferentes y debemos cuidarnos tanto como el primer día de la pandemia, necesitamos vivir una Navidad segura. Hemos superado ya más de nueve meses de pandemia, acercarnos a la llegada de la vacuna nos da esperanza, pero no podemos bajar la guardia”, insistió el mandatario.
Gran responsabilidad. Por su parte, el ministro de Salud, Daniel Salas, recalcó que todas las personas son responsables de la seguridad de sus familias y que un descuido podría causar mucho dolor.
“Valoremos la vida, tenemos esa oportunidad de cuidarnos, de ser héroes con nuestros seres queridos. Los jóvenes, que piensan esto no es con nosotros, infectan a los tíos, abuelos, a los papás cuando no nos comportamos adecuadamente y empezamos a hacer fiesta y a no guardar los protocolos. Al final vean que también hay 607 personas fallecidas que no son adultos mayores”, recalcó.
Egoístas. El sociólogo Arnoldo Mendoza dice que gran parte de la población tiene un pensamiento individualista y eso hace que no piense en las consecuencias que pueden tener sus actos en otras personas.
“Muchos confunden las medidas de aperturas para ayudar a la reactivación económica con permisos para volver a la vida que tenían antes de la pandemia y eso implica muchos riesgos. Han dejado de lado los protocolos para dar paso al rompope, los regalos y las fiestas de veinte o treinta personas en casas, engañándose al decir que todos son parte de una sola burbuja”, explicó Mendoza.
El epidemiólogo Yayo Vicente dice que a la lista de distractores hay que agregar la vacuna contra el covid-19 y el cansancio que tiene la gente por la situación que se vive.
“El escuchar que ya hay una vacuna ha hecho que muchos se confíen y piensen que ya la pandemia terminó, pero en realidad no es así, el proceso que sigue es largo y los protocolos siguen siendo necesarios.
“Es cierto que ya hay mucho cansancio de todo esto, pero si nos agarra una segunda ola en estos momentos, en los que los hospitales están llenos y ya algunos centros de salud regionales hasta han tenido que hacer traslados masivos porque no daban abasto, no nos iría muy bien que digamos. Esa cifra de quince o veinte muertos por día que tenemos actualmente podría duplicarse, triplicarse o hasta cuadruplicarse. Nos hemos esforzado casi un año por salir adelante de esto, no tiremos todo ese esfuerzo a la basura en la recta final”, reflexionó Vicente.