“Es la familia, así que no pasa nada”

“No importa, no pasa nada, es la familia”. Esta expresión o algunas muy similares suelen escucharse en este momento. ¡Cuidado! Tenemos una falsa percepción de que si estamos con la familia no nos vamos a enfermar.

Hay quienes a estas alturas han roto burbujas sociales, mezclándose en actividades con muy buena intención, para compartir y pasar buenos momentos, pero se rompen burbujas y es peligroso. el hecho de que sea nuestra familia y nos veamos sanos no significa de que no haya riesgos de caer en un contagio, que a la larga puede enfermar a nuestros seres más queridos. No podemos vivir bajo la premisa: “a mí no me va a pasar”. la pandemia es una realidad en la que todos jugamos un papel fundamental, cuidarnos los unos a los otros, procurando no romper burbujas, creando distanciamiento social, ajustarse a las normas y a las recomendaciones que nos han dado las autoridades de Salud. esta Navidad nos mueve a una dimensión del amor más allá de la presencia física o los regalos. esta pandemia nos mueve a comprender que la Navidad será diferente.

Tenemos que vivir un diciembre prudente, en el que los lazos afectivos se pueden estimular a partir de expresiones de afecto virtuales. debemos tomar conciencia de lo que sucede en otros países, en los que los datos de contagios nos hacen darnos cuenta que sin las normas de prevención se puede crear una crisis. Será un diciembre con pocos abrazos, que nos reta a la cercanía, al amor y a la presencia de un modo diferente. Nuestra responsabilidad es una decisión, un acto de amor al aceptar que nos tenemos que cuidar los unos a los otros. es un tema de decisiones personales, donde no cabe el resentimiento, jugársela o crear resistencia a las normas, bajo la lógica de “yo hago lo que me da la gana”.

Hoy la distancia, es un acto de amor profundo. ¿Se apunta a cuidar a su familia? ¿asume el reto de estar cerca de forma virtual? esto se trata de amor.