Nada hará olvidar a Manuelito
Manuel Selva Cajina fue valiente hasta el último día de su vida. Él luchó durante poco más de dos meses contra el covid-19, sin embargo, la enfermedad lo venció este domingo 4 de enero.
Manuelito, como le decían de cariño sus amigos, era técnico en Urología y trabajaba en el CEACO. Sus compañeros siguieron de cerca la enfermedad que lo doblegó y aunque sienten un gran dolor por saber que ya no lo volverán a ver, se aferran a los alegres recuerdos que él les dejó.
“Irradiaba una gran felicidad que nos contagió a muchos, formó parte de nosotros y dejó muy lindos recuerdos. Tenía un espíritu de servicio y una alegría eterna que lo caracterizaban; fue un excelente trabajador y una muy buena persona”, aseguró Rafael Badilla, chofer de ambulancias del CEACO.
Pendientes. Badilla dice que él y los demás funcionarios del centro médico siempre estaban pendientes de la salud de Manuel y aunque sabían que no estaba bien, tenían la esperanza de que él se levantara de esa cama para continuar con su vida.
“Duró poco más de dos meses internado. Para todos fue una sorpresa muy dolorosa cuando nos dijeron que estaba contagiado de covid-19.
“Cuando empezó a complicarse y entró a la UCI (unidad de cuidados intensivos), íbamos a verlo siempre que podíamos. Él no podía hablar porque estaba intubado y estaba un poco sedado”, contó el chofer.
Pese a que Manuel tenía 43 años, el coronavirus le hizo mucho daño y pronto empezó a afectar órganos importantes.
“Por medio de los análisis que le hacían, los médicos empezamos a ver que su condición estaba empeorando, se estaba deteriorando. Tuvo complicaciones en los pulmones y empezó a decaer aún más.
“Todos en el trabajo nos preocupamos y nos asustamos muchísimo. Llegó el momento en el que los médicos dijeron que ya no podía respirar y lo pusieron boca abajo para ver si le llegaba más oxigenación, pero no hubo avances y eso nos dolió muchísimo”.
Triste día. El paciente estuvo muy delicadito la última semana y este domingo, a las 2 de la madrugada, falleció.
“Entré a trabajar hoy (domingo) a las seis de la mañana y me dijeron que él había muerto. Lo fuimos a dejar en una caravana a la funeraria del Magisterio Nacional.
Manuel era vecino de San
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Rafael de Alajuela y tenía una hermosa familia conformada por su esposa Jeanette Vargas y sus hijos Daniel y Mariana.
El funeral se llevó a cabo ayer en el cementerio de Las Rosas, en Alajuela.