La Teja

SIGUE LA DINASTÍA MORADA

- Yenci Aguilar Arroyo yenci.aguilar@lateja.cr

“Hijo de tigre sale pintado” y los exfutbolis­tas Allan Alemán, Atim Roper, Douglas Sequeria, y Luis José Herra dan fe de ello. En los 90 minutos por la vida, del domingo, sus hijos tocaron la pecosa defendiend­o el morado, el color por el que sus tatas se partieron el pecho.

Fabricio es hijo de Allan, es delantero, tiene 17 años y debutó en primera el 20 de julio del 2019, en un juego de la “S” contra San Carlos; mientras que Atim es un lateral derecho, de 19 años, que se estrenó con el Monstruo en un partido contra Jicaral, el 30 de setiembre del año pasado.

Aunque el domingo también se mostraron los jóvenes Douglas Sequeira y Víctor Herra, conversamo­s con Marco Herrera, asistente técnico de Saprissa, solo sobre Alemán y Roper.

“Cuando llegan los chiquillos a ligas menores no se les pregunta si son hijos de equis o ye jugador. Nosotros lo que vemos son las cualidades que pueden trabajar”.

Según Herrera, los muchachos aportan lo mismo que cualquier jugador del equipo, la única diferencia en ellos es que son hijos de muy buenos exfutbolis­tas.

“En este momento tenemos 17 muchachos de divisiones menores con los que podemos contar en el torneo y detrás de ellos hay otros 13 muchachos esperando cupo. A todos les llegará la oportunida­d cuando demuestren su rendimient­o, no por el apellido que llevan”, insistió.

Fabricio destacó en los torneos sub-17 del 2019, en el que se proclamó goleador. De enero a julio metió 9 goles y de julio a diciembre hizo 16 tantos.

“Yo estoy empezando, sé que aún me faltan muchas cosas, tengo un proceso que llevar y debo ganar peso, experienci­a y roce. Para mejorar entreno extra”, manifestó el güila.

Fabricio comentó que vio jugar poco a su papá, pero espera seguir sus pasos.

“Sé que mi papá jugó bien en

Saprissa, pero lo mío es punto y aparte. Espero tener más minutos para hacer historia”, afirmó.

El joven manifestó que está agradecido con Saprissa por dejarlo ser parte del cambio generacion­al.

“Como soy joven quiero jugar mucho, pero sé que es un proceso y tengo compañeros de los cuales aprender y que me han acuerpado”, afirmó.

Bien morado. Su tata, el exdelanter­o Allan Alemán, destacó las cualidades de su muchacho, quien tiene diez años de jugar en las divisiones menores de los tibaseños.

“Lo importante es que se ha formado en Saprissa, conoce los valores del equipo, la exigencia de ponerse esa camisa. Es un joven alto, mide 1,78, es un muchacho tranquilo y tiene bastantes goles en divisiones menores”, expresó.

Allan reconoció que para su primogénit­o será inevitable que lo comparen con él.

“Habrá gente que lo critique, que lo cuestionen por ser mi hijo, pero es un niño, acaba de cumplir 17 años. De mi parte nunca he tenido comunicaci­ón con Wálter (Centeno) ni con nadie de Saprissa para que lo tomen en cuenta, él se lo ha ganado con goles”, destacó.

Alemán aconseja mucho a su hijo, para que se mantenga con los pies en la tierra.

“Cuando va a jugar le digo que se divierta, que todos los minutos le van a ayudar a sumar experienci­a. Ahorita está estudiando inglés, también está cerca de ser bachiller y estoy orgulloso de él”, dijo.

Para ellos, el reto de ser hijos de exfutbolis­tas es mucho mayor, porque en un momento se les comparará con sus papás y se les va a juzgar más duramente”. Marco Herrera Asistente Saprissa

Por mérito propio. Al exjugador Atim Roper se le infla el pecho cuando habla de su hijo, quien a sus 19 años ya debutó con el Monstruo y está a un año de graduarse como ingeniero civil.

“Tuvimos la bendición de que debutara contra Jicaral. Él tuvo varios minutos el año pasado y fue algo gratifican­te para la familia porque está siguiendo mis pasos, los de mi papá y los de su hermana Samira, quien juega en Alajuelens­e”, expresó.

Roper agregó que aunque su retoño es defensa, su posición es mas ofensiva.

“Atim está en Saprissa desde los doce años. Es muy rápido, tiene buena técnica, ha mejorado en la marca, tiene un buen físico (mide 1,78 metros). Es un muchacho que sabe escuchar consejos”, destacó.

El exjugador comentó que desde que sus hijos juegan dejó de disfrutar los partidos.

“Yo jugué 14 años y siempre hablaban por ser el hijo de Howard Roper y así le va a pasar a él.

“El apellido no juega, estoy seguro de que Paté no va a poner alguien por el apellido, pone al que juegue. Me mantengo al margen, lo que ha logrado mi hijo es por mérito propio”.

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Fabricio salió más alto que el tata y es un golea
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CORTESÍA Douglas Sequeira es defensor como su tata. Fabricio salió más alto que el tata y es un golea dor. Se salvó.
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Víctor Herra, de 16 años, juega como volante.
CORTESÍA Los Roper son muy unidos y el fútbol es el motivo perfecto Víctor Herra, de 16 años, juega como volante.
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