DRONES DAN BUEN FRUTO
Tres estudiantes de la Universidad Earth demostraron la importancia y efectividad del uso de drones en la agricultura. Lo hicieron por medio de su proyecto de graduación con el cual desarrollaron una plantación de sandía en Guácimo de Limón. Los drones, tan criticados en una iniciativa que tuvo el Ministerio de Educación para usarlos en los colegios técnicos en el 2019, destacaron en la dulce aventura. Los alumnos ecuatorianos Omar Villacis, José Luis Vera y Lucas Aguilar, algo así como para ponerle la cereza al pastel, realizaron la cosecha de la deliciosa fruta en una zona donde normalmente no se siembra sandía y lo lograron mediante procedimientos completamente novedosos.
El exitoso proyecto permitió cosechar casi siete toneladas de la fruta, un resultado que motivó muchísimo a los estudiantes y a los profesores involucrados en la iniciativa que abarcó un área de 6.700 metros cuadrados, la cual forma parte del Laboratorio Fertirriego de la Earth.
El grupo de alumnos analizó variedades de sandías, planes de nutrición para la fruta y oportunidades de comercialización en la zona. De esa forma le fueron dando forma a un paquete de producción de sandía capaz de adaptarse a las condiciones del trópico húmedo del Caribe. Recurrieron al fertirriego (unión del agua y los nutrientes) y a los drones para supervisar y analizar la cosecha.
“Esta iniciativa permitirá afianzar los protocolos de pulverización aérea ( distribuir sustancias en pequeñas partículas) a pequeña y mediana escala, para que en el mediano plazo podamos compartir dichos conocimientos con los productores de la zona”, afirmó Víctor Morales, uno de los asesores del proyecto.
Grandes ayudantes. Los estudiantes se la jugaron bonito, ya que recurrieron a drones para regar y llevar los nutrientes y fertilizantes a la plantación. Estos tienen capacidad para transportar entre 10 y 25 litros, además poseen baterías que les permiten volar de entre 18 y 22 minutos en condiciones normales y tienen de cuatro a ocho boquillas de diferentes tamaños para liberar el líquido.
También tienen un controlador de vuelo central, giroscopio, sensores de altitud, radar de proximidad, brújula y sensor GPS de alta precisión, por lo que estaban sobrados pa’ l brete.
“Esta metodología permite que la cosecha no se vea afectada por pisotones; ayuda a disminuir la cantidad de producto químico y del agua, la fumigación resulta más eficiente y por ende, reduce costos. Permite evaluar la cosecha en las zonas más difíciles y el ahorro en costos de maquinaria”, aseguró Omar Villacis.
El resultado final fue una enorme producción, la cual permitió abastecer el consumo de la cafetería en la Universidad Earth por más de diez semanas y el excedente se vendió en ferias agrícolas locales.
Gracias al éxito de esta iniciativa, Villacis comentó que replicará dicha metodología de cultivo en Ecuador para de incentivar las producciones sostenibles y rentables.
Enorme aporte. El laboratorio de fertirriego, en el que se desarrolló la siembra de sandía, es bastante reciente y ya alberga cultivos de tomate; ayote, arroz, maíz, papaya, yuca, naranja y cacao. Tiene canales para drenaje y válvulas que forman parte de un sistema de riego completo. Además cuenta con un cuarto en el que están los tanques, las bombas, los filtros y las máquinas inyectoras de fertilizantes.
Todo es controlado por una computadora desde donde se puede manejar, de forma remota, los productos que requieren los distintos cultivos. El cuarto de riego está conectado a un sistema de control automático que monitorea todo lo que pasa.