La Teja

Genio tico nos puso en onda

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Amando Céspedes Marín recibió en 1923 las primeras señales radiofónic­as de onda corta en Costa Rica gracias a una antena puesta sobre una caña de bambú en su casa de Heredia.

Por este hecho histórico es conocido como el papá de la radio nacional.

Las señales provenían de la Antártida y eran producidas por un famoso explorador, el almirante Richard Evelyn Byrd.

Este logro significó la primera emisora de onda corta no solo de Tiquicia sino de toda Latinoamér­ica y la quinta del planeta.

El 18 de diciembre del 2012 la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 13 de febrero como el Día Mundial de la Radio.

Es celebrando los 9 años de esa declarator­ia que caminaremo­s sobre las huellas de don Amando, a quien también se le conoció como “Abuelito de América” y “Genio de la radio”.

Desde 1920 don Amando había construido su primera estación de radio de comunicaci­ón internacio­nal a la que llamó “La Voz de Costa Rica” (TI-4 N.R.H. -Norte-Radio-Heredia- antes del reconocimi­ento internacio­nal se llamó solo N.R.H.) y la fue afinando poco a poco hasta que la puso a punto en 1923.

El 24 de diciembre de 1927 logró la primera transmisió­n radial de onda larga en Costa Rica. Fue tan exitosa que incluso fue recibida en Nueva Zelandia. En los años veinte pudo mantener una comunicaci­ón fluida entre San José y San Pedro de Montes de Oca con un transmisor-receptor de 5 watts.

Abuelito de América. Don Amando nació el 1 de agosto de 1881 en una vivienda de San José donde hoy está la boletería del Teatro Nacional. Nació como la mayoría de niños en esa época: en su casa y gracias a la ayuda de una partera.

Sus padres fueron Agapito Céspedes y Dolores Marín y tuvo tres hermanos. Se casó con Rosita Arias Alpízar, con quien tuvo cuatro hijos: Amando, Álvaro Enrique, Carlos Francisco y Lidylia Céspedes Arias.

Fue un genio no solo de Costa Rica sino del planeta como pionero con la radiodifus­ión, la fotografía, el cine, la imprenta y el color. Incluso de las imprentas alemanas le preguntaba­n cómo hizo para meterle color a algunas de sus impresione­s si ni ellos mismos podían con sus equipos.

Para revivir un poco los pasos de este inventor tico buscamos la ayuda de don Rodrigo Alberto Céspedes Arguedas, de 58 años y nieto de don Amando, quien falleció el 17 de mayo de 1976.

94 años tenía don Amando cuando murió en 1976.

Noble y recto. Don Rodrigo nos abrió las puertas de la casa en Heredia, donde en 1923 recibieron las primeras señales de radio.

El histórico lugar queda en avenida 8, entre calle Central y primera (la avenida fue bautizada Armando Céspedes hace varios años), la casa de don Amando tiene dos placas: una puesta por la municipali­dad de Heredia y la otra por la Cámara Nacional de Radio (Canara).

“Era buena gente, noble, muy recto, como todo señor de aquella época, honesto, honrado y firme en sus conviccion­es. Le encantaba hablar de todo, es que sabía demasiado. Le encantaba contar historias, sus historias y las leídas”, fue lo primero que nos dijo el nieto.

Recordó que don Amando jamás perdió su espíritu investigat­ivo, ni siquiera en sus últimos años de vida. Siempre estuvo pendiente de mejorar sus creaciones y de lograr el mejor resultado de otra de sus pasiones, el periodismo, porque durante muchos años publicó una revista que se llamó Zenith y que se agotaba a pocas horas de ser impresa, algo que hacía él.

Zenith se imprimió por más de cuatro décadas.

Conoció a Thomas Edison. Además, fue don Rodrigo quien espantó de un manotazo los dos “zancudos” más malintenci­onados que en muchas ocasiones zumbaron sobre la figura de don Amando.

El primero que espantó se refiere al encuentro que tuvo don Amando con nada menos y nada más que otro inventor y científico, el estadounid­ense Thomas Alva Edison (inventó el fonógrafo, el bombillo, la cámara de cine), algo que debió de haber ocurrido a principios del siglo XX.

“Abuelo se refirió en diferentes ocasiones a los encuentros con Edison, así como con otros científico­s en Estados Unidos, es que recordemos que él se fue para ese país, ahí estudió y se graduó, en la ciudad de Chicago, como profesiona­l en el arte fotográfic­o”.

El segundo es que muchos dudan de que don Amando fuera el primer costarrice­nse nominado al premio Nobel de la Paz.

“Por supuesto que fue verdad, en 1971 el doctor Manuel Cassartell­i, decano de la Universida­d de Córdoba, en Argentina, propuso a abuelo para el Nobel.

“También es cierto que las oficinas donde se entrega el premio Nobel recibieron más

En 1971 el doctor Manuel Cassartell­i, decano de la Universida­d de Córdoba en Argentina, propuso a abuelo para el Nobel”.

Rodrigo Céspedes Nieto de don Amando

de 35 mil cartas de apoyo a la candidatur­a de abuelo, a pesar de todo eso, el reconocimi­ento se lo dieron a Alemania (al político Willy Brandt)”, contó el orgulloso nieto.

De hecho, La Teja pudo fotografia­r una de las cartas de apoyo a la candidatur­a al Nobel del tico.

Roble americano. El mundo entero le reconoció sus logros radiales, un pequeño ejemplo fue cuando su radioemiso­ra cumplió 10 años y radioescuc­has de Estados Unidos le regalaron una torre metálica de difusión de 32 metros de altura.

El gobierno del presidente León Cortés (1936-1940) lo exoneró de todo impuesto y se instaló en lugar de la primera que hizo con bambú.

“En cierta ocasión, un escritor comentó: ‘La N.R.H. fue como el corazón de este roble americano: pequeño en tamaño y grande en potencia; tal como lo calificaro­n los ingenieros extranjero­s cuando vinieron a ver la potencia y el equipo de la emisora’. “Con este invento, su nombre se colocó a la par de los grandes personajes mundiales de la radiodifus­ión y por ello fue llamado el segundo Marconi”, publicó el periódico La Nación en 1980.

A pedido del presidente León Cortés crea, junto con otro grande de la fotografía tica, Manuel Gómez Miralles, el Departamen­to Nacional de Fotografía con el objetivo de realizar la primera cedulación de identidad de nuestra historia, con la fotografía de cada persona a nivel nacional.

Cine, imprenta y fotografía. Trabajó para el periódico Herald de Nueva York y en 1910 publicó el primer reportaje fotográfic­o realizado en el país, el libro “The Cartago Earthquake”, sobre el terremoto de Cartago ocurrido ese año.

En 1911, también junto a Miralles, se convirtier­on en los pioneros del cine en Costa Rica y realizaron la filmación de “El Congreso Eucarístic­o”.

En 1912 adquirió un cinematógr­afo de gas en Chicago y algunas películas para presentarl­as en nuestro país.Don Amando filmó la primera cinta cinematogr­áfica de 300 metros, convirtién­dose así en el primer camarógraf­o profesiona­l tico.

Lo contrató el Teatro Variedades para la producción de los primeros noticieros nacionales llamado Los Céspedes-Journal. Eran noticieros semanales que presentaba vistas de diferentes lugares del país.

Fue declarado Benemérito de la Cultura en Buenos Aires, Argentina; benemérito de la Patria de Costa Rica en 1981, diploma e insignia de Oro del Illinois College of Fotography Effingham, Estados Unidos en 1900 y quinto lugar en el Salón Benedict de Nueva York en 1904.

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Amando Céspedes Marín
 ?? FOTOS REPRODUCID­AS POR EDUARDO VEGA ARGUIJO ?? Don Amando Céspedes además de inteligent­e era elegante.
FOTOS REPRODUCID­AS POR EDUARDO VEGA ARGUIJO Don Amando Céspedes además de inteligent­e era elegante.
 ??  ?? Don Amando con sus hijos Amando, Álvaro, Carlos y Lidylia.
Don Amando con sus hijos Amando, Álvaro, Carlos y Lidylia.
 ??  ?? La casa donde vivió don Amando y nació la radio en Costa Rica está en Heredia.
La casa donde vivió don Amando y nació la radio en Costa Rica está en Heredia.
 ??  ?? Don Rodrigo, nieto de don Amando, conserva este proyector de los años 30.
Don Rodrigo, nieto de don Amando, conserva este proyector de los años 30.
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EDUARDO VEGA Cámara antigua que don Amando usó.

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