“SU SUEÑO ERA CASARSE POR LA IGLESIA”
Una de las metas que tenía José Manuel Fenton Salas, un repartidor de helados, era llevar al altar a su compañera de vida, Verónica Marcela Durán.
Por eso trabajaba muchas horas para hacer realidad ese sueño en diciembre de este año.
José Manuel, de 48 años, murió la noche del miércoles en San Vito de Coto Brus, luego de que un autobús invadiera el carril en el que iba y lo chocara con fuerza. En apariencia, el bus se quedó sin frenos y el impacto fue tan fuerte que la cabina del camión en el que iba el repartidor quedó destruida.
José Manuel y Verónica se casaron por lo civil hace 16 años; sin embargo, querían una boda en la Iglesia católica.
“Su sueño era casarse por la iglesia, me decía: ‘Mamita, ya pronto vamos a tener el dinero reunido para casarnos en diciembre de este año’. Siempre dijo que quería la bendición de Dios en nuestro hogar”, mencionó la esposa.
Ellos se conocieron en abril del 2005 y una semana después unieron sus vidas. Él era viudo y tenía dos hijas de su primer matrimonio.
“Nuestro amor fue como de novela, yo tenía veinte años y era mamá de una niña, él era viudo y tenía dos hijas, nos unimos y luchamos por ellas. Nuestra vida juntos siempre fue de esfuerzos, como parte de nuestra relación tuvimos dos hijos, nuestra familia era grande”, comentó la mujer mientras tomaba fuerzas.
Amor eterno. La última vez que la pareja se vio fue ese miércoles antes de que ambos salieran hacia sus trabajos, el primero en irse fue José Manuel y antes de salir le dijo a Verónica que ella era el amor de su vida.
“Él ya se iba y se devolvió solo para decirme: ‘La amo tanto, sepa que donde vaya a estar, siempre te voy a cuidar’, ahora creo que fue su despedida”, contó Verónica.
Minutos antes del accidente, él llamó a su amada para decirle que ya iba de regreso a su casa en Ciudad Neily y que por favor le tuviera la cena con una Coca Cola bien fría.
“Mi hijo le fue a comprar el refresco, él siempre tenía su hora de regreso, pero esta vez no llegó. Le escribí mensajes preguntándole si estaba bien, pero antes de las nueve de la noche comencé a sentir una angustia porque no me contestaba.
“De repente me llamó el jefe de él para darme la mala noticia, yo no lo podía creer, corrí hacia la casa de un vecino que trabaja en el OIJ, solo buscaba a alguien que me dijera que era una broma fea, pero todo terminó siendo cierto”, recordó.
Salvó a otros. Verónica asegura que muchas personas en San Vito dicen que José Manuel le salvó la vida a otras personas, porque si ese bus llegaba al centro del cantón, la desgracia hubiese sido más grande.
“Él se fue como un héroe, me dicen que mi esposo fue quien terminó frenando al bus, de lo contrario pasa una tragedia más grande, quizás se hubiese llevado a más personas que podían ir caminando o en carros.
“Como siempre, arriesgó su vida hasta el último momento. Él siempre se preocupó por los demás y así murió, salvando la vida de otros y haciendo lo que más le gustaba, trabajar”, expresó Verónica.
El cuerpo de José Manuel lo entregaron este viernes en la noche, lo llevaron hasta Ciudad Neily y será despedido este sábado a las 9 de la mañana con una misa, luego será sepultado en el cementerio de la localidad.
Aunque la ausencia física es insoportable, Verónica le dice a sus hijos que ahora tienen un ángel que cumplirá como siempre lo hizo en vida: velar por la seguridad de la familia.