La Teja

CUIDE A SU BURBUJA DE CUPIDO

Dr. Marco V. Boza nos dice cuál debe ser nuestra conducta si amamos y nos amamos

- Doctor

Mucha gente nos ha dicho que ya están hartos de tanta burbuja y de tanta hablada.

La tirada es que no se trata de hablada, lo que vivimos es algo muy serio. El coronafurr­is ha estado cambiando todos nuestros hábitos y lo mejor que podemos hacer es acostumbra­rnos a lo nuevo y resignarno­s a cumplir las recomendac­iones del Ministerio de Salud y de la Caja.

La Navidad que pasamos fue diferente. Muchas personas decidieron quedarse en su casa y celebraron en burbuja. Para el Año Nuevo la cosa estuvo parecida y aunque hubo atarantado­s que hicieron todo al revés, la verdad es que la gran mayoría de las personas se cuidó mucho.

¡Eso es lo bonito! Muchos se cuidan correctame­nte y al cuidarse bien logran que su familia se mantenga segura y tranquila. Los abuelos y los tíos abuelos, sobre todo los que pertenecen a ese grupo que llamamos ciudadanos de oro, se han salvado porque se saben cuidar superbién.

Si hay un grupo que se ha cuidado y se sigue cuidando bien son los adultos mayores. Esos se las saben todas y no les meten diez con hueco así de fácil.

Ahora llega el 14 de febrero y muchos quieren celebrarlo de diferentes maneras. Unos le dicen a esta fecha el Día del Amor o el Día de los Enamorados. Otros le dicen el Día de la Amistad y no falta algún hijo de vecino que se amarga todo y se hace el loco para no tener que regalarle nada a nadie. Esos son tan pinches que ni una sonrisa ofrecen y mucho menos dan los buenos días.

Una comidita. Para los matrimonio­s y para las parejas que tienen mucho tiempo de estar juntos la cosa es más fácil, ya son burbujas que viven bajo el mismo techo y que durante meses han estado zampados en la casa, saliendo solo a trabajar y a hacer mandados.

Ahora que pasamos la cuesta de enero y nos quedamos un poco apretados se nos vino la entrada a clases y entre uniformes, bultos, útiles escolares, zapatos, medias y mascarilla­s, la economía de la familia está más tilinte que cuerda de violín y la verdad es que mejor es celebrar tranquilos en la casa.

Tal vez una rica cena de arrocito con pollo, frijolitos molidos y unas papitas tostadas (de esas que nadan en grasa en la bolsa), sean la salvada para pasarla bien. Algunos adultos tal vez se tomarán un traguito o una cervecita, pero la verdad es que no a todo mundo le da por ahí. Fijo algunos van a preferir hacerse una limonada o un fresquito natural bien frío.

No va a faltar la pareja picarona, que aunque estén peinando canas les van a entrar las ganas de irse a algún lugar a escuchar buena música y a mover el esqueleto.

Después de un merengue o de una novedosa bachata vendrá la bailadilla a media luz, con un buen bolero de aquellos que invitan al amor y a los suspiros, y que por dicha guardan la distancia con otras parejas a todo dar, porque son piezas que se bailan en un solo ladrillo.

Para estos enamorados la única recomendac­ión es que eviten acercarse a otras parejas que estén bailando y sería bueno que recuerden que si antes de entrar el lugar se ve muy lleno, o si para peores no hay lavatorio ni alcohol a la entrada, lo mejor es dar media vuelta y jalar para otro lugar. Por la picazón de bailar un buen bolero no vale la pena salir contagiado.

Para los más jóvenes – los que de verdad son jóvenes o los que se sienten jóvenes a pesar de haber votado por Pepe Figueres hace décadas— posiblemen­te la decisión más difícil va a ser dónde ir a darse una vuelta después del bailongo y de la cena.

Hablemos las cosas como hay que hablarlas y seamos sinceros, más de uno va a perderse por la calle de los locos, esa calle donde tanta gente entra a los hoteles hablando solos.

Para esta gente la preocupaci­ón es que si su pareja no forma parte de su burbuja las cosas se van a complicar y van a tener que decidir qué hacer. Porque si en sus casas hay gente mayor o gente vulnerable, una noche de pasión podría significar un contagio, una pelada pública y la posibilida­d de mandar al abuelo al hospital. Y Dios quiera que nada más, pero eso de andar con gente que no es de la burbuja de uno de veras que complica mucho las cosas.

Escapadita. Esos amores son hermosos. Más de uno tiene la fantasía de ir a alguno de esos sitios donde además de buenas almohadas tienen televisión educativa y tal vez un jacuzzi.

¡Cuidado con las decisiones que se toman con una jupa efervescen­te! Antes de jalarse una torta, hay que pensar muy bien las posibilida­des y asumir como gente responsabl­e las consecuenc­ias de las malas decisiones. O de las buenas decisiones, porque la verdad es que cuando dos adultos son responsabl­es y analizan su situación, todo resulta mejor.

Por cierto, si los enamorados no son burbuja, recuerden comprar capita: uno siempre debe ir bien preparado en caso de lluvia.

De último voy a hablar de los compas que se van a celebrar la amistad a barrios de prestigio, como los alrededore­s de la Cali o como la calle de la Amargura.

No, no voy a criticar a nadie ni tampoco voy a dar sermones.

La amistad es algo muy bello, un verdadero tesoro. Lo que les voy a dar es una buena recomendac­ión: si en estos días han estado sintiéndos­e muy cansados o con ardor de garganta, mejor no salgan de la casa y quédense viendo tele. Si han tenido calentura no salgan a tomarse unas frías. Si han estado con dolor en los oídos o con un poquillo de tos, no salgan. Y si saben que uno de los compas anda todo resfriado ¡no lo inviten a salir!

Me estaba contando un colega que trabaja en el Ministerio de Salud que la mala nota de todo esto del coronafurr­is es que en algunos lugares donde se toma y se come sabroso, la gente joven se quita la mascarilla y nunca más se la pone de nuevo.

Los que tienen mala suerte se contagian con el coronafurr­is cuando se llevan el trago a la calle y hacen grupos sin distancia y también cuando se ponen cariñosos con alguien que no conocen demasiado bien.

Es muy posible que les dé una pinche gripe, o que no les dé nada del todo, pero al pobre tata que está en la casa con su diabetes y su obesidad, el coronafurr­is lo va a revolcar todo y con mala suerte la manda al hospital.

¡Entonces, celebremos el 14 de febrero en burbuja! Hagamos que sea algo bien hecho, con fotos y videos para las redes sociales.

Para las parejas que son burbuja, si salen a cenar estén atentos a que el lugar que escojan cumpla los protocolos. Y para las parejas que no son burbuja, piensen bien las cosas y tomen las mejores decisiones. Una decisión podría ser explorar eso de enamorarse por videollama­da, pero con audífonos y con picaporte en la puerta.

¡Feliz Día de los Enamorados!

Una noche de pasión podría SIGNIfiCAR UN CONTAGIO, UNA pelada pública y la posibilida­d de MANDAR AL ABUELO AL hospital”. Marco Vinicio Boza doctor

 ??  ??
 ??  ?? Si no vive con su pareja, tenga los cuidados necesarios.
Si no vive con su pareja, tenga los cuidados necesarios.
 ?? FANTASY ROOMS ?? Una calentura le puede salir muy cara.
FANTASY ROOMS Una calentura le puede salir muy cara.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Costa Rica