Ni dividiendo le ganan al covid-19
A pesar de que el objetivo del Ministerio de Educación es que este año los estudiantes retomen las clases presenciales, para algunos centros educativos el tema se complica por la falta de aulas, por ejemplo.
Uno de estos casos es el liceo Joaquín Gutiérrez Mangel, en San Rafael Arriba de Desamparados, ya que solo cuenta con 22 aulas para casi mil estudiantes, lo que obligó a su personal a dividir cada grupo en tres subgrupos, pues es la única forma en la que puedan acomodarse todos los muchachos guardando el distanciamiento en las aulas.
Moisés Alfaro, profesor de música del cole, le contó a La Teja que aunque han tratado de hacer milagros, lo más probable es que cada subgrupo reciba clases presenciales solo una vez al mes.
“Todas las instituciones son diferentes y las circunstancias son diferentes... con grupos donde se tiene más aforo no alcanzan las aulas y tenemos que rotarlos cada mes.
“Desde mi punto de vista, la entrada a clases presencial, en estas circunstancias, me parece un poco precipitada. Creo que aunque los protocolos están ahí y se han explicado las formas de hacer las cosas, una cosa es la que se hace y se planea en un escritorio y otra muy distinta la realidad que uno enfrenta con respecto a disponibilidad de recursos y de personal.
Dolor de jupa con recreos. Y es que en este centro educativo hasta los recreos son complicados porque no hay espacios amplios para que los estudiantes puedan salir y permanecer alejados entre ellos.
“La idea de la presencialidad es que una vez al mes cada subgrupo reciba lecciones, no podemos hacer más porque no hay más espacio, los muchachos van rotando. No somos un colegio que tenga instalaciones grandes en cuanto a aulas o lugares para convivencia en los recreos. De momento ellos van a tener que quedarse en el aula y comerse ahí lo que traigan respetando todos los protocolos”, dijo el educador.
Respuestas. La Teja consultó al MEP sobre la situación de este colegio, por lo que Danae Espinoza, subdirectora de Desarrollo Curricular, explicó que en la formulación del plan de apertura, el director y sus docentes definen los horarios de alternancia entre la virtualidad y la presencialidad de acuerdo con aspectos básicos como la cantidad de estudiantes, cantidad y tamaño de las aulas, el horario de clases y los recesos. Es decir, nos dejó igual.