PUEBLO PAGÓ CON SANGRE
La violencia que siguió a cinco días de masivas protestas contra una polémica reforma tributaria en Colombia ha dejado al menos 19 muertos y 800 heridos, mientras las movilizaciones continuaron este lunes a pesar de que el presidente Iván Duque retiró su proyecto fiscal.
Según un nuevo balance de la Defensoría del Pueblo (ombudsman), 18 civiles y un policía murieron en las protestas que empezaron el 28 de abril en todo el país.
El ministerio de Defensa contabilizó a su vez 846 heridos, de los cuales 306 son civiles.
Para el jefe de esa cartera, Diego Molano, los hechos de violencia son “premeditados, organizados y financiados por grupos de disidencias de las FARC” que se apartaron del acuerdo de paz firmado en 2016, y por el ELN, última guerrilla reconocida en Colombia.
Las autoridades han capturado a 431 personas durante los desmanes y el gobierno ordenó desplegar militares en las ciudades más afectadas. Oenegés y la oposición acusan a la policía de disparar contra civiles.
Presionado por las manifestaciones, Duque ordenó el domingo retirar la propuesta de reforma tributaria que se debatía con escepticismo en el Congreso, donde un sector amplio la rechazaba señalándola de castigar a la clase media y ser inoportuna en plena crisis desatada por la pandemia. El mandatario propuso redactar un nuevo proyecto que descarte los principales puntos de discordia: el aumento del impuesto al IVA para servicios y bienes y la ampliación de la base de contribuyentes con impuesto de renta.
Manifestaciones continúan. Aunque con menos afluencia, este lunes manifestantes protestaban en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.
Los líderes del paro llamaron a una nueva marcha para mañana, a pesar de que en las principales capitales rigen medidas que limitan la movilidad para frenar la tercera ola de la pandemia.
Colombia es el tercer país de Latinoamérica con más contagios por covid-19 (2,8 millones), detrás de Brasil y Argentina. En cuanto a fallecidos (74.700), solo es superado en la región por el gigante sudamericano y México.
En proporción a su población, es el cuarto con más decesos y el sexto con mayor número de infectados en el continente.
El gobierno había presentado el 15 de abril la iniciativa fiscal ante el Congreso para financiar el gasto público de la cuarta economía latinoamericana.
Pero las críticas llovieron tanto de la oposición política como de sus aliados y el descontento no tardó en volcarse a las calles.
Aunque las jornadas de protesta transcurrieron en su mayoría de forma pacífica, le siguieron múltiples disturbios y choques con la fuerza pública.
Hubo afectaciones en 313 establecimientos comerciales, 69 estaciones de transporte, 94 bancos, 36 cajeros automáticos y 14 peajes, según cifras oficiales.
Violencia policial. Con los militares desplegados en las calles, las alarmas están prendidas.
El director para las Américas de la ONG Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, corroboró la muerte de una persona a manos de un policía en Cali, una de las ciudades más afectadas.
Según la ONG Temblores, hubo 940 casos de abuso policial en los últimos días y se investiga “la muerte de ocho manifestantes presuntamente atacados por policías”.
El gobierno culpa de los desmanes a “organizaciones criminales (que) han querido mimetizarse en las protestas”.
Aunque el acuerdo de paz redujo sensiblemente la violencia, en Colombia persiste un conflicto de seis décadas que enfrenta a disidentes de las FARC, rebeldes del ELN y bandas narcotraficantes de origen paramilitar.