CHEPITO Y LA JUSTICIA
La justicia tiene un brazo largo y cuando es real jamás descansa. el excura mauricio Víquez, sospechoso de abuso sexual y violación, escapó a méxico, dejando atrás lo que tenía en Costa Rica, con la idea de que nunca sería atrapado. ya sabemos que se equivocó.
En la madrugada del 18 de agosto del 2019, la Policía mexicana entró a una casa pequeña en monterrey, al norte del país, donde el exsacerdote trató de pasar inadvertido después de que, en febrero de ese mismo año, la Iglesia católica le informara que había una denuncia penal contra él. Por supuesto que huyó.
En ese momento en nuestro país se tramitaban al menos seis denuncias de tipo penal por supuestos delitos sexuales cometidos contra hombres cuando estos eran menores de edad.
Casi dos años después de la detención de Víquez, ya despojado por la Iglesia de su condición sacerdotal, este llegó a Costa Rica extraditado desde suelo mexicano.
La jerarquía que en 2019 lo puso sobreaviso informó este jueves que colaboraría en cuanto fuera necesario. es muy tarde, la justicia corresponde ahora a los tribunales no eclesiásticos, ante los cuales sí veremos a Víquez. anthony Venegas, una de las supuestas víctimas del excura, celebró la extradición: “este señor trató de toda forma en méxico no enfrentar las autoridades costarricenses y no lo logró; hoy llega al país, donde muchos lo esperamos para lograr la justicia que nos merecemos para poder seguir adelante.
“Estoy positivo de que mauricio Víquez va a pagar por sus actos y de que los mandos de la Iglesia católica que lo encubrieron por años reconozcan sus faltas y responsabilidad ante los tribunales”, dijo.