La Teja

VOCHO CON GALILLO DE TRÁILER

- Sergio Alvarado sergio.alvarado@lateja.cr

Giovanny Chacón, un vecino de Santo Domingo de Heredia y fiebre de los Volkswagen, ha impresiona­do y le ha metido un buen susto a más de uno con su vochito modelo 1961, ya que este tiene un secreto que nadie se imaginaría.

Más de una vez en carretera, en una presa o cuando alguien se le mete a la brava, tiene que tocar el pito y los demás conductore­s se quedan asustados porque suena tan fuerte que parece un tráiler y lo que ven es un pequeño vocho.

Hasta sus amigos del Vocho Club Costa Rica se han ido en todas y quedan impresiona­dos cuando lo escuchan por primera vez. Por eso decimos que es un vocho con galillo de trailer.

“Pito y la gente se queda buscando el tráiler o viendo dónde viene el camión, se sorprenden de escuchar que un vocho tenga un pito así”, dijo riéndose.

Y es que este chuzo es toda una caja de sorpresas, además de estar como un ajito y tener un pito de camión, es como un camaleón y se transforma para cada ocasión.

“En diciembre, cuando se hacen festivales navideños, le ponemos luces led en los bordes para iluminarlo por completo, le hemos llegado a poner

1400 luces. Además le mandamos a hacer unos ojos (felices y enojados) para cuando lo llevamos a exhibicion­es, eso le gusta mucho a los chiquillos. También tiene un carrito pequeñito a escala que es igual y que lo andamos con el vocho.

“Además de los ojos, tiene una lengua, bancos con el símbolo de Volkswagen que los usamos cuando vamos a actividade­s y, como tiene poco campo, le hicimos una canasta para poder llevar la hielera y cosas”, explicó el orgulloso dueño de 44 años.

Es interesant­e también la forma en que lo compró, en un insólito negocio con un señor de San Roque de Barva.

“El esposo de mi hermana me dijo que estaban vendiendo uno porque el dueño no quería el carro, nos fuimos a verlo y el señor estaba muy agüevado del vocho, lo tenía en un galerón metido sin usarlo.

“Para él, el carro no servía y solo pedía que le dieran algo y yo lo único que le podía ofrecer eran ¢115 mil y un televisor. Nos gastamos los ahorros que teníamos y nos quedamos con un solo tele, pero nos hicimos del vocho. Nadie nos cree esa historia”, contó. El carrito, además, fue conquistan­do a la familia. Doña Patricia Bolaños, la esposa de Giovanny, al principio no lo quería porque no se imaginaba lo que podía llegar a ser, pero con el paso del tiempo se ganó el corazón de ella, de sus dos hijos y de su nuera, ahora viajan a todos lados en él. “Viera cómo me preguntan que en cuánto lo vendo o me ofrecen negocios, pero Dios libre, no lo puedo vender, me echan de la casa, es un carro de la familia. En él trajimos del hospital (de Heredia) a la casa a mi hijo menor (Jefferson, de once años) cuando nació, es un miembro más”, aseguró.

 ?? JOSÉ CORDERO ?? Doña Patricia Bolaños, Giovany Chacón, Jefferson Chacón, Jerry Chacón y su esposa Daniela Bolaños ven al carro como parte de la familia.
JOSÉ CORDERO Doña Patricia Bolaños, Giovany Chacón, Jefferson Chacón, Jerry Chacón y su esposa Daniela Bolaños ven al carro como parte de la familia.

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