CHEPITO Y LOS DE ABAJO

“Los de abajo”, de Mariano azuela, es una de las novelas más importantes sobre la revolución mexicana. Y aunque no hablaré de ella, el nombre del libro me remite a la injusticia que vivimos los ticos con el llamado enganche.

Por mandato legal, el aporte estatal a las pensiones del magisterio nacional y del Poder Judicial crece cuando el estado hace un pequeño aumento a las pensiones mínimas del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la caja del Seguro. No hay ninguna razón técnica que lo justifique. el efecto es mantener la distancia social y económica entre los pensionados más ricos y los de abajo, los más necesitados (80.500 ticos con jubilaciones de ¢130.000 mensuales). esa injusticia está inscrita en leyes que obligan al estado a contribuir a esos fondos de privilegio. también está el enganche médico, que exige subir los salarios de profesionales bien pagados cuando el Gobierno decreta un aumentillo a sus más humildes servidores, como conserjes.

El principal beneficio no es para los de abajo, sino para los “enganchados”, porque al aplicarle a los profesionales de la salud el mismo porcentaje de aumento de los trabajadores más modestos, la cifra se les dispara. ambos enganches tienen el efecto de cortar los ingresos de los menos favorecidos. antes de aumentar el salario de un conserje en el Gobierno central, no importa cuán justo y necesario sea, la administración debe pensar en el efecto financiero sobre toda la planilla de la caja.

Por eso, no debe extrañar que la pensión promedio en el Poder Judicial sea casi seis veces mayor que en el IVM (¢1,5 millones frente a ¢278.000) y doce veces mayor que las pensiones mínimas administradas por la caja.