¿Dónde está papá?
los niños que han vivido sin su padre experimentan sentimientos de duda y curiosidad sobre quién es su progenitor. no preguntan a su mamá, pues creen que si lo hacen la están traicionado. sienten que le deben mucho por haberle tocado criarlos a ella sola. sin embargo, ese vacío tiene un efecto psicológico significativo, poque todo ser humano necesita saber quiénes le dieron la vida y, sobre todo, requiere saber si fue concebido con amor. las madres, por su lado, responden a la circunstancia con respuestas como no saber nada del padre, no recordar nada. otras veces mienten por proteger el dolor del hijo argumentando que su padre trabaja muy lejos, o que vive en otro país, o que se murió. en otras historias familiares con esta dinámica, el progenitor nunca deseó conocer a sus hijos, los abandonó, o no tienen idea que son padres. Cualquiera que sea la circunstancia, los hijos siempre se preguntarán ¿dónde está mi papá? no importa si ese papá es bueno o malo, desean saber quién es y por qué no me ama, o no me conoció, despreció o me trató mal. el vínculo energético de papá, mamá e hijo estará presente de por vida, aunque no se conozcan.
¿Y qué debería hacer la mamá cuando lleguen las preguntas sobre papá, especialmente, en la adolescencia? lo ideal es siempre la verdad, no inventar cosas que otros familiares puedan develar. Además, ser muy objetiva en sus respuestas y no envenenar el alma infantil con insultos, odios y resentimientos como pareja. lo más importante es que si el hijo desea conocer a su papá hacerle saber que tiene ese derecho, y que se haría lo posible por encontrarlo. Al hacerlo se dará cuenta por sí mismo si ese padre es bueno o malo, pero por su propia experiencia.