Reunión estuvo bien caliente
Insiste. Chaves dijo que todo se trata de interpretaciones no de aplicación de la ley
La reunión entre el presidente de la República, Rodrigo Chaves, y la contralora general, Marta Acosta, estuvo caliente.
Desde el principio, el mandatario llegó con los tacos de frente y hasta quiso evitar que Acosta hiciera una presentación que tenía preparada, pero ella siempre la hizo.
En dicha presentación la contralora tocó los dos temas sensibles por los que el presidente está molesto: la suspensión de los proyectos de Ciudad Gobierno y la compra de escáneres para los puertos por parte de Racsa.
Sobre Ciudad Gobierno, Acosta dijo que se dieron cuenta de que se estaban brincando los pasos correspondientes para llevar a cabo el procedimiento.
Además, fue clara en que la figura de contratación de procedimiento especial que el Gobierno quería aplicar no era viable, porque esa aplica solo para cuando se va a comprar un edificio ya listo, pero en este caso se iban a construir edificios en terrenos que son del Estado; entonces, lo que procede es una licitación por un procedimiento ordinario.
Acosta dice que si hubieran permitido que el proyecto siguiera, hubiera representado un retroceso para el país en el tema de transparencia.
En cuanto a los escáneres, la asesora del despacho de la Contraloría, Jeanine Herrera, explicó al presidente que su equipo pretendió utilizar una excepción de la ley, como lo es la contratación entre entes públicos, para contratar los escáneres a una tercera organización privada mediante una alianza estratégica.
Herrera detalló que, para aplicar esta excepción, el ente público que se desea contratar tiene que ser idóneo para brindar el servicio. No obstante, Radiográfica Costarricense (Racsa) no es idónea para los escáneres, y por ese motivo buscó una alianza con un tercero.
“La excepción no puede usarse como mecanismo para la contratación de terceros”, aclaró Herrera.
Pese a las explicaciones de los funcionarios de la Contraloría, el presidente Chaves se sentó en la galleta de que no había motivos para frenar los dos proyectos y aseguró que todo se trató de interpretaciones y no de la aplicación de la ley.
Mientras la contralora y otros funcionarios de esa entidad explicaban sus posturas, Chaves les atravesaba el caballo, por lo que en varias ocasiones los voceros tuvieron que pedirle al mandatario que los dejara terminar el argumento